La Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas advierte que los créditos personales, lejos de ayudar, agravan la situación por su alta carga impositiva.
En un contexto económico difícil, los créditos personales se presentan como una solución para los sectores vulnerables. Sin embargo, la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM) advierte que la elevada carga impositiva convierte esta herramienta en una trampa financiera que empeora la situación.
El costo real de los créditos excede ampliamente el monto solicitado debido a impuestos como el IVA sobre intereses (21%), el Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios (1,2% por operación) y los Ingresos Brutos provinciales, que pueden llegar al 9%. Además, las tasas municipales y retenciones de Ganancias reducen aún más el poder adquisitivo de quienes acceden a estos préstamos.
Según CADAM, de cada $1.000 obtenidos en crédito, $490 se destinan a impuestos, limitando su impacto positivo en el consumo. «Este modelo impositivo no solo castiga a las familias de menores ingresos, sino que perpetúa la exclusión económica», señalaron.
El sector mayorista reclama una reforma fiscal urgente para reducir la carga impositiva y facilitar el acceso al crédito en condiciones más equitativas. Mientras tanto, los sectores más golpeados siguen atrapados en un sistema que, en lugar de ofrecer alivio, los hunde aún más.