El caso de Daiana Magalí Mendieta, la joven de 22 años hallada sin vida dentro de un aljibe en una tapera cercana a la Ruta Nacional 12, en la provincia de Entre Ríos, sigue generando conmoción y nuevas revelaciones.
Tras tres días de intensa búsqueda, su cuerpo fue encontrado en una zona rural de Gobernador Mansilla, y desde entonces la investigación avanzó con la detención de Gustavo “Pino” Brondino, un productor agropecuario de 55 años, señalado como el principal sospechoso del femicidio.

En las últimas horas, el comisario mayor Pedro Silva, jefe de la Departamental Tala y uno de los responsables del operativo que culminó con la captura de Brondino, brindó declaraciones que arrojaron nuevas hipótesis sobre la relación entre la víctima y su presunto asesino.
“Hay una hipótesis que indica que Daiana y Brondino podrían haber tenido una relación amorosa, y hay elementos para llegar a esa conclusión”, expresó Silva ante los medios locales, y agregó que no se descartan otras posibilidades ya que el caso “estaba en plena etapa de investigación”.
Un operativo tenso y una detención violenta
El comisario relató también cómo se llevó a cabo la detención del acusado, ocurrida en una zona rural del mismo pueblo donde vivía la joven.
“Esto se logra, no obstante hubo una resistencia muy importante del residente de la casa, una persona masculina de 50 años con un arma de fuego. Con lo cual, fue detenido por resistencia a la autoridad”, explicó Silva, en referencia a Brondino, quien se habría negado a entregarse voluntariamente a la Policía.

La fiscal del caso, Emilce Reynoso, confirmó que el hombre fue aprehendido en un primer momento por desobediencia y amenazas, aunque no se descartaba su vinculación directa con el femicidio. “Ya están pedidas las pericias sobre los teléfonos”, señaló, en referencia a los dispositivos incautados tanto a la víctima como al sospechoso.
El testimonio que cambió el rumbo del caso
La posibilidad de una relación clandestina entre Daiana y Brondino tomó fuerza luego de las declaraciones de una amiga de la víctima, que describió una historia marcada por el desequilibrio y la obsesión.
“Ella frecuentaba con este hombre, él estaba enloquecido por ella”, aseguró en diálogo con Clarín. Y agregó: “Era una relación tóxica, a escondidas. Él tenía mujer y un hijo de 18 años, y ella estaba empezando a salir con un chico de su edad. Eso lo sacó de quicio”.
Estas palabras fueron clave para los investigadores, que comenzaron a revisar mensajes de WhatsApp y registros de llamadas entre ambos. Fue justamente el análisis de las comunicaciones lo que permitió detectar el número de Brondino entre las últimas conversaciones de Daiana antes de desaparecer.
Esa pista derivó en un allanamiento en un galpón alquilado por el acusado, ubicado en la esquina de Moreno y Pedro Lucero, dentro de Gobernador Mansilla. Allí se encontraron elementos que podrían vincularlo con el crimen.
“Era la última persona con la que habló”
El ministro de Seguridad y Justicia de Entre Ríos, Néstor Roncaglia, también se refirió al caso y confirmó la conexión entre víctima y victimario.
“Se pudo probar que el imputado tenía vínculos telefónicos con la víctima, y fue con la última persona que tuvo contacto antes de desaparecer”, declaró en diálogo con Radio Splendid.

Mientras la Justicia avanza con las pericias y los resultados de ADN, el testimonio del comisario Silva volvió a poner el foco en un posible vínculo amoroso atravesado por la violencia y el secreto, en un pueblo donde todos se conocen y nadie imaginó un final tan trágico.
Daiana Mendieta fue despedida por sus familiares y vecinos en medio del dolor y la indignación. Su historia se transformó en un símbolo más de una problemática que no da tregua: la violencia de género que sigue arrebatando vidas jóvenes en todo el país.