Foto: Descubrí Montevideo (IMM)
Un joven de 22 años fue imputado la pasada semana por el homicidio del sobrino de su pareja, de 19, en el Cerrito de la Victoria. Durante la audiencia se mencionó un conflicto por drogas entre ellos. Pero, además, la víctima se aprestaba a declarar como testigo en el juicio por un doble asesinato.
El crimen ocurrió en la madrugada del 31 de de marzo, cuando quien sería la víctima caminaba junto a un amigo por la calle Martín Rodríguez en medio de una lluvia torrencial. Al llegar a la intersección con Hum se encontraron con el ahora imputado y comenzó una discusión, según relató la fiscal de Homicidios de 1er Turno, Sabrina Flores, en la audiencia a cuyo audio accedió El País.
Fue en ese momento que el joven de 22 años tomó un arma y disparó dos veces antes de huir. Vecinos que escucharon las detonaciones salieron de sus casas e intentaron asistir a la víctima. Finalmente un tío de este el que terminó trasladándolo a un centro asistencial, aunque falleció a los pocos minutos.
Cámaras privadas y del Ministerio del Interior permitieron hacer un seguimiento del agresor en los minutos previos y posteriores al ataque. Fue posible ver que partió en una moto azul desde su casa, también en el Cerrito, junto con otra persona que todavía no ha sido identificada.
Al llegar a pocas cuadras de la escena del crimen descendió y caminó. Luego del ataque corrió de nuevo hacia el vehículo, donde esperaba su compañero, y huyeron nuevamente hacia su domicilio.
El dueño de la moto fue citado a declarar ante Fiscalía y relató que llegó esa noche a la casa del imputado, que allí fumaron pasta base y le pidió el vehículo prestado para «ir a hacer un mandado».
El joven identificado como el presunto autor del homicidio fue imputado con 180 días de prisión preventiva por homicidio especialmente agravado por uso de arma, un delito de porte de arma con reincidencia y otro de porte en lugares públicos.
Una «gran enemistad» entre víctima y agresor
Durante la audiencia de formalización, el relato de Fiscalía hizo mención a la relación entre la víctima y su agresor, que se conocían de antemano y tenían una «gran enemistad«. El fallecido era sobrino de la pareja del imputado.
Según la fiscal Flores, la mala relación entre ambos estaba vinculada a conflictos entre bandas dedicadas al comercio de droga. El enfrentamiento escaló a tal punto que el agresor ya había disparado contra el fallecido. En otra oportunidad llegó a tirar un cóctel molotov contra su casa.
Si bien los motivos detrás del crimen todavía no están claros, se conoce que el fallecido había sido testigo e iba a participar del juicio por un doble homicidio ocurrido días atrás. Se cree que el ataque fue para evitar su declaración.
El 1° de abril se realizó un allanamiento en la casa del presunto homicida, en el que se incautaron prendas identificadas como las utilizadas al momento del crimen. Semanas después fue detenido y llevado ante la Justicia.
Discusión por prisión preventiva
Si bien la defensora del imputado, Natalia Fleitas, no se opuso a la formalización, sí lo hizo ante el pedido de prisión preventiva por 180 días, aunque la Justicia terminó inclinándose a favor de Fiscalía.
«No se alcanza el estándar probatorio requerido para la prisión preventiva», dijo Fleitas durante la audiencia. Además, aseguró que existen «inconsistencias» en la carpeta investigativa y remarcó que no existieron amenazas ni amedrentamientos por parte del imputado hacia la familia del fallecido o testigos.
«Que tenga antecedentes no significa nada», remarcó. Es que el joven fue condenado en 2021 a seis años de prisión por una rapiña, aunque había conseguido recuperar la libertad hacía poco tiempo de manera anticipada.
Por su parte, Fiscalía remarcó la posibilidad de entorpecimiento de la investigación en caso de dejar al imputado con una medida distinta a la prisión preventiva, ya sea por el amedrentamiento de testigos o porque hasta el momento hay una segunda persona que no ha sido identificada.
Además, hizo mención al juicio por doble homicidio en el que iba a participar la víctima, asegurando que dejar al imputado en libertad puede significar un riesgo para los demás testigos.