El cuerpo de la joven, desaparecida el miércoles, fue encontrado gracias a los esfuerzos de su familia. El asesino, Zhaohu Qiu, se encuentra prófugo de la Justicia.

Foto: OGlobo/GDA.
El hallazgo del cuerpo de Marcelle Julia Araújo da Silva, una adolescente asesinada en Brasil, fue el resultado de una heroica investigación por parte de su cuñada, Layssa Oliveira, de 24 años.
La adolescente fue encontrada muerta el sábado pasado en una de las casas de Zhaohu Qiu, un ciudadano chino de 35 años conocido como Xau, ubicada en Pavuna, en la zona norte de Río de Janeiro.
Durante la noche del miércoles 11 de junio la joven había ido a otra casa que alquilaba el hombre sin avisarle a su familia. Según sus amigos, el asesino le había dicho que tenía una canasta de San Valentín para ella —fecha que en Brasil se celebra el 12 de junio—, y que fuera a su casa a buscarla.

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En esa vivienda fue asesinada y luego trasladada a la otra casa en la que se encontró el cuerpo.
La investigación de la familia fue clave para resolver el asesinato
A la mañana siguiente, al percatarse de que la joven no había regresado a casa, su familia comenzó a llamar a los amigos con los que Marcelle se había reunido en las últimas horas e incluso al propio Xau, sin obtener más pistas sobre su paradero. Pero la búsqueda de su cuñada, Layssa, fue decisiva.
La joven de 24 años solicitó imágenes de las cámaras de seguridad de los comercios de la calle donde se encontraba la casa de Xao, lo que la llevó a descubrir los hechos el sábado por la tarde.

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En una de las cámaras de seguridad había quedado captado como el hombre llevaba el cuerpo de la joven en un carrito de súper, cubierto por una lona azul. «Le pedí a su exnovia que abriera la casa que usaba de depósito; el carrito estaba allí, pero no vimos el cuerpo», contó.
«Fuimos a una zanja a buscar, pero solo encontramos su bicicleta. Luego pedí ir al techo de la casa y desde allí vimos la mano de Marcelle, comida por los perros», agregó.
El cuerpo de la adolescente fue encontrado en la casa mutilado por unos perros que vivían en el predio. «Hizo todo premeditado. Pensó que era un crimen perfecto, porque los perros harían todo el trabajo y sería más fácil esconder los huesos«, opinó una tía de la joven.
Por ahora Xau se encuentra prófugo de la Justicia y la Policía brasileña no logró dar aún con su paradero. Según los vecinos de la zona solía invitar a jóvenes del barrio a su casa y darles regalos.
OGlobo/GDA
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