Por Javier Curcio*
Los últimos datos de Lengua y Matemática son muy malos: más de la mitad de los chicos no comprenden lo que leen. Y mucho peor aun, los que tienen nivel satisfactorio en Matemática representan solo el 14 por ciento del total. Es decir, nueve de cada diez chicos tienen problemas de interpretación de operaciones matemáticas básicas. Estas cuestiones muestran un desafío importante: cómo mejorar la calidad de la educación.
Tiene que ser un abordaje interdisciplinario, donde confluyan distintas miradas sobre la situación. Hay un deterioro en la calidad de la educación relacionado a las condiciones laborales de los docentes y problemas de infraestructura. Pero también al multiempleo de los docentes en la escuela media, los problemas de formación y capacitación, y el abordaje de nuevas tecnologías.
Estos desafíos se suman a las condiciones de educabilidad y factores asociados vinculados a las situaciones donde los chicos llegan a la escuela con dificultades acumuladas en proporciones significativas. Pueden ser problemas de alimentación, de infraestructura en el hogar, la posibilidad que tengan de concentrarse en los estudios o cuestiones socioafectivas. La combinación de todo eso llama la atención y pone de manifiesto la necesidad de priorizar la educación.
Incorporación de nuevas tecnologías y capacitación en las aulas
La incorporación de nuevas tecnologías es parte de este proceso. Se trata de instrumentos que, si uno aprende a administrarlos bien, pueden ayudar mucho en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Son buenas para quienes acceden y entienden ese lenguaje. Sin embargo, también generan una brecha mayor cuando hay sectores de la población con dificultades de acceso a una conexión a internet, a la energía eléctrica o los dispositivos que se requieren para esos procesos.
Los múltiples desafíos mencionados tienen un denominador común: hay que mejorar el financiamiento y adecuarlo a las demandas del sistema. Se trata de invertir más y mejor, algo que, lamentablemente en los tiempos que corren, no es compatible con la motosierra.
En todo caso, habrá que aplicar microajustes en lugares donde corresponda y ampliaciones presupuestarias y refuerzos en otras. Esto requiere de capacidades de gestión, gobernanza y ampliación de capacidades tanto de autoridades nacionales de educación como en las provincias.
Las tecnologías que se incorporan requieren capacitación y acceso por parte de los educadores para poder de alguna manera derramarlo al aula y al proceso de enseñanza. Esto necesita de más financiamiento adecuado y, al mismo tiempo, mejores salarios para los docentes, resolver las suplencias y situaciones de conflictos que vivimos y que generan discontinuidades en las clases. En esta discusión, el Consejo Federal de Educación tiene un rol central
En tanto, también hay que conseguir que los estudiantes se interesen en los desafíos del propio desarrollo social. Muchas cuestiones permean sobre el proceso educativo y esto también requiere una respuesta adicional por parte de los docentes. Hay que poder captar esa atención, sacar al alumno de la pantalla del celular y de la inmediatez del scroll de las redes sociales.
*Especialista en monitoreo y evaluación de Políticas Públicas y en Inversión Social, docente e investigador del CONICET.