El escenario político del peronismo bonaerense comienza a reactivarse tras un largo período de distanciamiento. La pieza clave de este nuevo movimiento fue el reencuentro entre la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador Axel Kicillof. La conversación telefónica que mantuvieron —breve pero cordial— rompió con meses de silencio y desconfianza. La chispa se encendió luego de que CFK confirmara su candidatura en la Tercera Sección Electoral, lo que destrabó el diálogo con su exministro de Economía.
El resultado inmediato del acercamiento fue la decisión conjunta de poner en marcha una mesa política compuesta por representantes de ambos sectores. Este espacio de diálogo servirá para discutir el armado electoral y definir listas comunes de cara a las elecciones provinciales de septiembre. Aunque aún queda un largo camino por recorrer, el encuentro representa un punto de partida fundamental para reconstruir la arquitectura del peronismo en la provincia de Buenos Aires.
La reunión, que tuvo lugar el jueves por la noche en la ciudad de Buenos Aires, fue confirmada tanto por el entorno de Kicillof como por voceros cercanos a Cristina Kirchner. A pesar de versiones erróneas que circularon durante el día, el encuentro no se produjo en La Plata ni al mediodía, como se había especulado.
Desde el entorno del gobernador aseguran que el gesto de CFK marca un cambio en su actitud. Hasta hace pocos días, respondía con distancia cada vez que se le preguntaba por su relación con Kicillof. Sin embargo, ahora no solo retomó el contacto, sino que dio luz verde a una instancia organizativa que podría evitar la dispersión del voto peronista en la provincia.
El objetivo común de todos los actores principales es claro: lograr una lista de unidad. Pero no todos coinciden en los términos de esa unidad. Mientras Cristina insiste en que la unidad es necesaria aunque no suficiente, desde el kicillofismo remarcan que la verdadera unidad debe estar basada en acuerdos programáticos y no en repartos de último minuto. Carlos Bianco, operador de confianza del gobernador, fue claro: no se trata solo de cerrar listas, sino de garantizar gobernabilidad real.
Este nuevo capítulo del peronismo bonaerense también abre espacio a otros nombres. Sergio Massa, aunque no ha confirmado ninguna candidatura, dejó entrever que está dispuesto a estar “donde el peronismo, el país y la gente lo necesiten”. Incluso surgió un operativo clamor desde varios intendentes para que encabece la lista de diputados nacionales por la provincia.
Mientras tanto, Cristina Kirchner se prepara para viajar a Corrientes, donde respaldará la candidatura de Martín “Tincho” Ascúa, actual intendente de Paso de los Libres. Esta elección, prevista para el 31 de agosto, representa un nuevo intento del justicialismo por recuperar presencia en un distrito clave, justo una semana antes de los comicios bonaerenses.
El panorama es complejo, pero el primer paso está dado. El diálogo entre Cristina y Kicillof podría marcar el inicio de una estrategia compartida que fortalezca al peronismo en su bastión más importante.
