Primero el balcón, después los militantes y ahora las visitas sin autorización. En su segundo día presa, Cristina Kirchner comenzó a desafiar los límites o la paciencia de los jueces que la condenaron: fue visitada por Mayra Mendoza, la intendenta de Quilmes que no está en la lista de los autorizados a ingresar al departamento de San José 1111, y poco después la expresidenta condenada por corrupción salió al balcón a saludar a militantes que se juntaron en la calle, cortaron el tránsito, provocaron ruidos y alteraron la vida de esas cuadras.
Primero el balcón, después los militantes y ahora las visitas sin autorización. En su segundo día presa, Cristina Kirchner comenzó a desafiar los límites o la paciencia de los jueces que la condenaron: fue visitada por Mayra Mendoza, la intendenta de Quilmes que no está en la lista de los autorizados a ingresar al departamento de San José 1111, y poco después la expresidenta condenada por corrupción salió al balcón a saludar a militantes que se juntaron en la calle, cortaron el tránsito, provocaron ruidos y alteraron la vida de esas cuadras.
En pocas horas violó todo lo que la Justicia le puso como condición para que pueda permanecer presa en su domicilio. Anoche trascendió que ante esto, sobre todo la visita de Mendoza, el presidente del Tribunal Oral Federal 2 (TOF2), Jorge Gorini, le habría enviado una notificación electrónica a uno de los abogados de Cristina Kirchner advirtiéndole sobre la violación de las condiciones que debe cumplir en prisión domiciliaria.
¿Qué sigue ahora? Es un libro abierto donde la exmandataria podrá escribir su relato, pero el TOF2 le irá poniendo los puntos y las comas que marcarán el ritmo y los momentos de esta historia. Anoche ya habían especulaciones sobre qué sucedería si finalmente los jueces consideran que la expresidenta viola la prisión domiciliaria y se hablaba de las alternativas: enviarla a una cárcel, o autorizarla a que cambie de domicilio y se traslade a Santa Cruz, era lo que más resonaba.
La tobillera y el balcón
Las primeras violaciones a la prisión domiciliaria -la visita de la intendenta quilmeña y el amontonamiento de gente en la calle-, ocurridos alrededor de las 20, le bajaron el tono a lo que había sido prácticamente la noticia del día: que a Cristina le colocaron la tobillera y que el tribunal la había autorizado a salir al balcón siempre que no moleste a los vecinos.
Ayer, el edificio de la esquina de San José y Humberto I vivió una jornada agitada. Desde temprano, personal de la Dirección de Asistencia de Personas Bajo Vigilancia Electrónica, dependiente del Servicio Penitenciario Federal, comenzó a trabajar en los informes técnicos para colocar la tobillera electrónica. Era parte de lo dispuesto por el Tribunal Oral Federal 2. Y aunque parecía un paso administrativo, no lo fue. Porque después del mediodía, el juez Gorini volvió a recordarle a la defensa de la exmandataria que el monitoreo debía activarse sin más demoras.
A las seis de la tarde, el operativo se concretó: le colocaron la tobillera electrónica a Cristina Kirchner. Desde ese momento, comenzó formalmente el arresto domiciliario y el monitoreo activo desde el Ministerio de Seguridad de la Nación.
Pero la resolución del TOF 2 traía más. En su respuesta al pedido de aclaratoria, el juez Gorini fue explícito respecto del uso del balcón. Le dijo que no se le prohibía usar ningún espacio del inmueble. Sin embargo, aclaró: debe «abstenerse de adoptar comportamientos que puedan perturbar la tranquilidad del vecindario o alterar la convivencia pacífica de sus habitantes».
La advertencia judicial no dejaba margen para las ambigüedades: el balcón está permitido, pero no si se convierte en tribuna. El tribunal espera de la expresidenta «criterio, prudencia y sentido común» para entender cuándo el gesto es inocuo y cuándo es una provocación.
El mensaje es claro: el arresto domiciliario no es un escenario político. Cada gesto será medido. Y cada tres meses, el tribunal recibirá un informe para decidir si Cristina sigue en su departamento, o si vuelve a enfrentar las rejas sin balcón y sin aplausos.
Presa hasta el 16/6/2031
A las formalidades del arresto domiciliario, ayer se sumó un dato definitivo: Cristina Kirchner ya tiene fecha de salida. El Tribunal Oral Federal N.º 2 la notificó oficialmente del cómputo de su pena. Si no hay cambios, recuperará su libertad el 16 de junio de 2031, a las 12 del mediodía.
La resolución marca que la ejecución de la condena comenzó el 17 de junio de 2025, bajo la modalidad de prisión domiciliaria. La pena, por administración fraudulenta en perjuicio del Estado, es de seis años. Y como no tenía días previos de prisión computables en esta causa, el calendario corre sin descuentos.
La cuenta regresiva ya está en marcha. Si bien los seis años de prisión se cumplirán el 26 de junio de 2031, cuando Cristina Kirchner cumpla los dos tercios de la condena (4 años) podrá solicitar la libertad condicional. Y los jueces decidirán.
