Mientras Javier Milei obtenía su foto con Donald Trump y se aseguraba un apoyo financiero histórico de Estados Unidos, Victoria Villarruel compartía selfies con estudiantes universitarios y dejaba bien en claro que su rol en la administración libertaria es «legislativo» y que toda la responsabilidad de las medidas que está tomando la Casa Rosada es del Presidente.
En cada gesto y en cada acto, la vicepresidenta marca diferencias con su compañero de fórmula. Ya no es sólo recorriendo las provincias, reuniéndose con los gobernadores y advirtiendo que el oficialismo se olvidó del federalismo. «Nos hemos olvidado de lo importante que es ir a una provincia, visitarla en un aniversario importante”, transmite a través de las redes sociales, que pasó a ser su canal de comunicación desde que el consultor Mario Russo asumió como asesor.
Russo circula en el Senado, pero no suele responder las consultas de la prensa. Quienes lo conocen o llegaron a tener alguna conversación con él aseguran que no tiene feeling con los periodistas. Tal vez, por eso, esta semana la vicepresidenta calificó de «fundamental» el rol de los medios y defendió la libertad de expresión «más allá de lo que publiquen».
Sin embargo, Villarruel suele elegir dar sus batallas en las redes, ya sea desde su cuenta personal como una paralela que se encarga de informar sobre sus actividades. En ese circuito definió su posición ante la decisión de Milei de marginarla del Gobierno resaltando un pasaje de un editorial publicado por el diario La Prensa a mediados de septiembre.
«Por gentileza de Milei, la vicepresidente ha quedado al margen de los desmanes de su gobierno y conserva su popularidad, ha dado pruebas sobradas de serenidad y solvencia en circunstancias difíciles, y es capaz de transmitir a la vez autoridad y empatía», fue la frase que resaltó la vicepresidenta de una opinión que analizaba la situación política del Gobierno.
Pero cuando un simpatizante le pidió que se haga respetar dentro de la interna porque ella es parte de la fórmula elegida, Villarruel aclaró: «Me hago respetar no tolerando las faltas de respeto. Yo no falto el respeto pero tampoco lo tolero. Quien lo hizo debe pedir disculpas».
En medio de la guerra fría con Milei, la vicepresidenta se muestra tranquila y cordial concentrada en su rol en el Senado. Aunque el kirchnerismo le viene marcando el temario. Desde esa posición también tiene que atender a los dolidos, enojados y frustrados con el Gobierno que quedaron afuera de la carrera electoral por el armado de Karina Milei y los Menem, según apuntó a Clarín una importante fuente legislativa.
Pero el combo se completa con los que compiten en las elecciones de octubre y que tienen hacer la diferencia con La Libertad Avanza. En ese lote, Villarruel sabe que la tiene a Alejandra Vigo, esposa de Juan Schiaretti que se postula para una banca de Diputados por Córdoba, donde el partido violeta quiere quedar bien posicionado.
También lo sigue a Martín Lousteau, aunque el jefe de radicalismo siempre marcó sus diferencias con la Casa Rosada y si obtuvo la presidencia de la bicameral de Inteligencia no fue justamente por bendición del denominado triángulo de hierro.
Reunión de la vicepresidente de la Nación y presidente del Senado, a cargo del Poder Ejecutivo, Victoria Villarruel 🇦🇷 con el Embajador de Brasil en la Argentina, Julio Glinternick Bitellis 🇧🇷 pic.twitter.com/KxdDg15CJr
— VV Noticias 🇦🇷 (@VVNoticiasArg) September 25, 2025
Visita a una universidad y reunión con el embajador de Lula
Esta semana, la vicepresidenta visitó el campus de la Universidad del Salvador, en Pilar, donde disertó ante los estudiantes y remarcó varias veces que lo importante es que cumpla con su rol de titular del Senado. «Tengo claro que no le voy a agradar a todo el mundo, pero la sociedad puede estar segura que voy a defender con el cuero, lo que prometo con mis palabras«, dijo.
Y todas sus declaraciones parecen ser mensajes entrelíneas con los que busca diferenciarse de Milei. “El discurso de odio me preocupa, porque hemos mal entendido lo que es la convicción o la defensa de nuestras ideas políticas. Vos podés ser una persona sumamente vehemente, clara y firme sin decir una sola mala palabra, sin maltratar al otro, sin insultarlo ni ser despreciativo”, subrayó.
Cuando se retiraba de la Universidad del Salvador, la vicepresidenta fue sorprendida por una estudiante, quien le llevó reclamo de los trabajadores despedidos de una empresa de porcelanato. Frente a la situación, Villarruel respondió que a diario escucha reclamos de ese tipo pero aclaró que su función es «legislativa». La respuesta no conformó a la joven y la vice terminó contestando que «las explicaciones sobre eso las tiene que dar el Poder Ejecutivo, que toma las decisiones».

Mientras Milei estaba en Estados Unidos, Villarruel también recibió en el Senado al embajador de Brasil en la Argentina, Julio Glinternick Bitellis. La foto con el diplomático es llamativa si se tiene en cuenta las críticas y las diferencias que el Presidente tiene con el gobierno de Lula Da Silva.
Sin embargo, el dato que más se destaca fue la renovación del look de la vicepresidente de la mano de su estilista Joaquín Persson, con un nuevo peinado, como así también el aporte de su maquillador Mauricio Camilo, quien se encarga de todos los detalles.