Durante el año, Narda Lepes (52) no para: cocina, participa de eventos, realiza viajes gastronómicos, prepara delicias con otros chefs, se presenta en programas de televisión, está al frente de su restaurante de Bajo Belgrano, escribe libros de cocina para chicos, es jurado de concursos internacionales y hasta se da el gusto de crear colecciones de cerámica. En definitiva, su agenda está apretadísima.
Pero cuando se trata de viajar, ella misma se considera una experta y en más de una ocasión se animó a brindar «tips viajeros», como cuando compartió que «es clave invertir en un buen carry on y organizarse para llevar todo en el equipaje de mano para evitar pasar 40 minutos extra en el aeropuerto esperando al lado de la cinta transbordadora».

Por Argentina y por el mundo
Su cuenta de Instagram -con más de medio millón de seguidores- es un fiel reflejo de su pasaporte, ya que en sus historias destacadas se pueden ver imágenes de lugares tan variopintos como París, Bogotá, Salta, Barcelona, Girona, Cafayate, Bosnia, Turquía, Monterrey, Mendoza, Copenhague, Guatemala y Purmamarca.

Además, con su marido -el cineasta Alejo Rébora– y con su hija –Leia– vienen acumulando paisajes y aventuras: realizaron un road trip por Portugal, disfrutaron de las montañas y de los lagos en la Patagonia, y recorrieron Francia y España entre tantas cosas. Eso sí, esas imágenes están guardadas para su intimidad ya que la experta culinaria lleva años resguardándola con recelo.
Su regla de oro
Auto-definida como «fanática del mar y de los pecesitos de colores», Narda revela que desde hace dos décadas visita las playas del norte de Brasil.
«Cada verano siempre voy unos quince días y me quedo con un grupo muy genial que tiene un mix de brasileños, japoneses y franceses… Seremos unos quince en total», le detalla a GENTE la dueña de Narda Comedor.

«Solemos rotar de destinos. Nuestra única regla a la hora de elegirlos es que ‘Si escuchamos el nombre de ese lugar antes, entonces ese no va’. ¡No hay que ir a lugares conocidos! Bueno, y también es clave que el destino cuente con sombra natural de árboles y palmeras en la línea de playa», suma pensando en la frescura que siente cuando está recostada a la sombra de las hojas bamboleantes de una palmera.
¿Por qué elige Brasil? La chef, sin dudarlo, responde: «Es que una cosa que me copa mucho de estar del otro lado de la frontera es que mis programas nunca salieron en Brasil. Allá soy Narda y chau, y eso está bueno porque me permite no estar condicionada a ser cocinera. Solo me conocen por quién soy, no por lo que represento, y eso me copa mucho”.