21.7 C
Buenos Aires
miércoles, octubre 15, 2025

Cuál es la historia del auto de Lady Di que viene por primera vez a la Argentina: «Habla de ella mejor que mil palabras»

Más Noticias

En 1981 los paparazzi empezaron a acechar a Diana Frances Spencer, una joven ayudante de maestra jardinera que empezaba a cargar, sin saberlo, con un mito. Eran los días previos a una magnífica boda que verían más de 700 millones de espectadores. Sin embargo, ella se movía sola por Londres manejando un auto gris, chiquito y de líneas simples: un Ford Escort Ghia 1.6.

A veces lo estacionaba junto a la cancha de polo para ver a su novio, el por entonces príncipe Carlos; otras, cruzaba la ciudad con el pelo al viento exhibiendo sobre el capó una pequeña rana que le había regalado su hermana mayor Sarah.

Modesto, urbano y británico hasta la médula. Este auto desde el día uno demostró que Diana era una persona cercana.

Ese Escort, que Carlos le regaló a Diana dos meses antes de la boda real y ella condujo libremente en los comienzos de su vida pública, es el mismo que –cuarenta y cuatro años después– llegará a Buenos Aires. Y no viene solo: lo acompaña una porción de la historia.

El primer coche ‘de novia’ de Diana cuando empezó su relación con Carlos

El Ford que manejó Lady Di en el momento más feliz y chispeante de su relación con el príncipe de Gales se encuentra desde 2021 en Santiago de Chile junto a la mayor colección privada a nivel mundial de vestidos y conjuntos de dos piezas de la princesa.

Su dueño, Jorge Yarur Bascuñán (64), el fundador del Museo de la Moda y de la muestra Íconos sobre ruedas que abrirá sus puertas en Costa Salguero el 24 de octubre, nos contó: «A Diana yo la admiro mucho porque soy contemporáneo de ella. Este auto lo compré cuando se puso a la venta por su valor histórico. Creo que estas cosas sobreviven, hablan; y el Escort habla de Diana mejor que mil palabras».

El detalle de la ranita que distingue al que supo ser el auto de Lady Di.

Fue su primer coche ‘de novia’ y su compañero cotidiano en el salto a convertirse en la mujer más fotografiada de la década, y está a punto de llegar a nuestro país con todos esos detalles que fascinan a los curadores: el emblema de la rana, el color ‘silver green’ y el recuerdo eterno de ella, súper jovencita, merodeando a su alrededor.

Lady Di en junio de 1981 junto al auto que el chileno Jorge Yarur Bascuñán compró treinta años más tarde, cuando la compañía inglesa Reeman Dansie lo puso en subasta.

La sorpresa fashionista

El auto arribará a la Ciudad de Buenos Aires acompañado por una de las prendas originales más entrañables de Diana: el sweater de Warm & Wonderful que se ve en la imagen superior y representa, de cierto modo, su lado más cándido e inocente.

A su vez, hay quienes dicen que se convirtió en una metáfora del lugar que ocupó dentro de la monarquía, ya que sobre el fondo rojo se aprecian muchas ovejitas blancas y tan solo una negra. La única distinta, como ella.

Diana utilizó este sweater en distintos momentos y etapas de su vida.

Inesperadamente, el auto y el sweater podrán disfrutarse en vivo en la exhibición Íconos sobre Ruedas, como un díptico pop que explica por qué la cultura masiva abrazó a Diana.

«Confío en que el diálogo auto-vestuario explica mucho mejor a los íconos. Por eso el 90 por ciento de los autos va a ir acompañado por una prenda», adelanta Yarur Bascuñán, al tiempo que nos cuenta que la muestra va mucho más allá de la Princesa de Gales.

Lo que veremos en Buenos Aires

«Estoy trayendo 15 automóviles», confirma el dueño de las piezas, y brinda una sorpresa que convocará a muchos: «Entre otros, va a estar el auto de Diego… es decir, la famosa Ferrari Testarossa negra de Maradona. Diego mueve y conmueve a mucha gente, y ese auto -que tuvo un solo dueño antes- nunca estuvo en Argentina, así que había que llevarlo a Buenos Aires».

El recorrido suma el Rolls‑Royce 1969 de Esther Williams («se lo regaló Fernando Lamas cuando se casaron»), el primer auto de Olivia Newton‑John («un Volkswagen Escarabajo 1975 que no es crema, sino de un rosado muy sutil que es tan lindo como ella»), el Ford Thunderbird 1956 que perteneció a Marilyn Monroe, un automóvil de Slash y una réplica autorizada por Michael J. Fox del DeLorean, el auto de Volver al Futuro, entre otros.

«Los argentinos siempre fueron fanáticos de los autos. Por eso siento que esta muestra es para ellos», le confía a GENTE el fundador del Museo de la Moda, expectante por lo que sucederá.

El guardián del pasado

Yarur remarca que su colección no se mide en dólares sino en memoria: «Me pasó que en mi país me criticaron mucho al principio. Venían de visita los periodistas y preguntaban ‘¿cuánto vale?’, ‘¿cuánto gastaste?’, pero el Museo de la Moda es una fundación sin fines de lucro, ya que yo no hago esto para hablar de dinero. Mi pensamiento va mucho más allá. Yo creo que las cosas quedan y cuentan. Si lo pensamos, cuando nosotros nos morimos, lo único que queda son los objetos. Los objetos sobreviven, nosotros somos efímeros. Si me preguntan, les diría que me siento un guardián, porque los objetos pertenecen a la historia y a las futuras generaciones».

Marilyn Monroe a bordo de su Ford Thunderbird 1956.
El mismo auto en 2025: participará en la muestra que comenzará el 24 de octubre y se extenderá por quince días.

A su vez, le comenta a GENTE que quiere que su labor en la materia no se confunda con frivolidad. «Honestamente, el trabajo de museo es muy complicado y no me gusta que se tenga la imagen de que estoy ‘jugando’ con autos o con muñecas. De hecho, lo que más me importa es la preservación, y por eso nos respetan internacionalmente como museo».

En ese sentido, el aprendizaje lo forjó mirando a Europa: «Empecé a viajar a Francia, donde cada maison tiene su museo, aprendí sobre conservación y monté mobiliario y protocolos a esa altura». Eso derivó en reglas estrictas: «Con textiles hay límites claros: máximo seis meses de exhibición porque la luz y el ambiente los dañan. Si no, los destruiste».

El auto y el sweater que llegan a Buenos Aires no fueron concebidos como futuras piezas de museo, pero terminaron siéndolo tras convertirse en el centro de una vida extraordinaria.

Antes de despedirse, el chileno mira a la región y comparte con franqueza: «Argentina tiene un patrimonio importantísimo, pero necesita actualizar criterios museológicos y mejorar la protección. Ojalá esta exposición traiga aire fresco y funcione como ejemplo para valorar y cuidar su patrimonio».

Fotos: Gentileza Museo de la Moda
Agradecemos a Brenda Guzmán y Shirly Potaz, de Soy Prensa

Redacción

Fuente: Leer artículo original

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

Explosión, gritos, llantos y desesperación: el horror en una feria de ciencias escolar contado por testigos

En los pasillos del Hospital Garrahan, antes se escuchaban las voces de padres ansiosos, el sonido de los pasos...
- Advertisement -spot_img

Más artículos como éste...

- Advertisement -spot_img