Las personas que son extremadamente inteligentes con frecuencia ven el mundo con una claridad diferente. Tanto así, que su cabeza tiene la capacidad de captar patrones complejos, enlazar ideas con facilidad y hacer las preguntas que pocos se atreven a hacer.
Sin embargo, algunas de las mentes más brillantes tienen dificultades con las interacciones sociales básicas, no porque no les importe vincularse, sino porque no se dan cuenta de que sus hábitos pueden alejar a la gente.
El coach en liderazgo Siddharth S. Kumaar, la terapeuta Gloria Brame, la editora Aria Gmitter y la psicóloga clínica Sharon Saline hablan sobre los rasgos que comparten este tipo de personas en una publicación para la revista Your Tango. Veamos.
1-Hablar con uno mismo
El diálogo interno es algo que comparten las personas con alto potencial intelectual. Ya sea en voz alta o de manera silenciosa, este ejercicio los ayuda a perfeccionar sus ideas, a comprobar sus hipótesis y a examinar diversos puntos de vista antes de tomar decisiones o llegar a una conclusión.
Según Kumaar, esta conversación interior les permite a estas personas ordenar sus ideas, comprender temas complejos y proyectar posibles resultados en diversos contextos. También, indica que es una forma de autoentrenamiento pues de esta manera suelen cuestionar sus ideas, dudar de sus prejuicios y resolver problemas sin consultar a otros.
2-Preferencia por la comunicación escrita y no por la verbal
Para el experto, la comunicación escrita permite organizar ideas con claridad y precisión; y quienes son inteligente, en general, prefieren la comunicación escrita a la oral.
En este sentido, destaca de acuerdo a la publicación, que escribir les ofrece la oportunidad de organizar sus ideas, elegir las palabras adecuadas y pulir su mensaje, a diferencia del habla, que exige rapidez de pensamiento y reacciones instantáneas.

En este sentido, describe el experto, las mentes de las personas inteligentes operan en capas, analizando varios puntos de vista a la vez, por lo que puede resultarles difícil pensar con rapidez, especialmente en situaciones de mucho estrés.
«Dado que podrían no tener tiempo para expresar sus ideas con la claridad y el detalle que desearían, esto puede hacer que las conversaciones parezcan apresuradas o desagradables», destaca.
3-Son intuitivos
Siddharth S. Kumaar también explicó que las mentes de las personas inteligentes buscan de manera natural encontrar un mayor significado en la vida, lo que lleva a las personas a considerar cuestiones relacionadas con la existencia, la conciencia, el karma, el universo y el propósito personal.
En general, tienen el impulso de adquirir conocimientos que trascienden la razón y lo científico, y su natural curiosidad existencial los acerca a temas espirituales, místicos o filosóficos. También pueden tener un sentido de la intuición más fuerte pues confían en sus instintos.
4-No asumen que todos no piensan como ellos
En esta línea, la doctora Saline identificó un hábito con el que las personas con alto potencial intelectual tienen dificultades: asumir que los demás piensan como ellos y frustrarse cuando no lo hacen, publica Your Tango.
Sucede que cada persona tiene su propio sistema de procesamiento neuronal. Por eso, es importante que las personas inteligentes sean pacientes y se tomen su tiempo para explicar lo que los demás no comprenden.
5-Tienen pasión por aprender cosas nuevas
Quienes tienen un alto potencial intelectual disfrutan de siempre estar aprendiendo cosas nuevas. Grandes lectores, aprenden de manera continua otros contenidos, disfrutan de probar comidas diferentes, de viajar a nuevos destinos y de conocer otras culturas.

También, es posible evaluar su inteligencia por su genuina curiosidad sobre cómo funciona el mundo. La terapeuta Gloria Brame explicó que, en esta línea, que son personas que suelen tener más pasatiempos y rara vez se aburren porque la vida misma, en todas sus dimensiones, los fascina.
6-Pueden ser «socialmente torpes»
Sin siquiera darse cuenta, las personas con un alto potencial intelectual pueden tener cierta «torpeza social». Pero esto puede deberse a que sus cabezas funcionan en un nivel completamente diferente al de la mayoría y reconocen las cosas serias e importantes de la vida.
De este modo, en lugar de perder el tiempo en nimiedades que perciben como intrascendentes —los buenos modales y la amabilidad—, se fijan en lo que más importa.
La editora Aria Gmitter reconoce que no siempre nos gusta ni estamos de acuerdo hasta que necesitamos a una persona así para curar el cáncer, salvar una vida o ganar un juicio.