En el 2025 se cumplirán 81 años de un hecho histórico que Guatemala conmemora cada 20 de octubre: el Día de la Revolución de 1944. Durante esta fecha se organizan actividades y actos que recuerdan el levantamiento cívico-militar que puso fin a 14 años de dictadura bajo el gobierno de Jorge Ubico y abrió paso a una etapa democrática con avances en derechos laborales, educación y otros ámbitos. Ese año, el 20 de octubre caerá lunes.
De acuerdo con el artículo 127 del Código de Trabajo, el 20 de octubre es un asueto obligatorio que todo patrono debe respetar, tanto en el sector público como en el privado. Esto permitirá un descanso largo durante ese fin de semana.
Es frecuente que durante esta fecha se tengan actos conmemorativos, así como marchas de diferentes sectores a esta fecha que se atribuye la modernización del Estado.
El fin de una era política
La Revolución de 1944 también significó el final de los gobiernos liberales que habían regido el país desde 1871, un período de 73 años. De ese cambio se originaron reformas sociales que aún se mantienen vigentes.
Cuatro días después de la renuncia del presidente Jorge Ubico, ocurrida el 1 de julio de 1944 tras 14 años en el poder, la Asamblea Legislativa entregó de forma provisional el mando al primer designado, general Federico Ponce Vaides, según expone José Molina en su libro Política económica de 50 presidentes de Guatemala (1821-2021).
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Aunque legalmente no podía aspirar a la presidencia, el Partido Liberal Progresista promovió su candidatura. Como consecuencia, civiles y militares se organizaron para derrocarlo, bajo el mando del mayor Francisco Javier Arana.
El 20 de octubre de 1944
Ese día hubo enfrentamientos con armas de fuego y cañones. Una gran explosión sacudió el Fuerte de San José —actual Museo Militar, contiguo al Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, en la 24 calle y 3a. avenida de la zona 1 capitalina—. El fuerte se rindió y los revolucionarios salieron victoriosos, destaca la periodista Brenda Martínez en un artículo de Revista D.
Tras la victoria, el capitán Jacobo Árbenz, el mayor Francisco Javier Arana y el civil Jorge Toriello integraron la Junta Revolucionaria de Gobierno, que asumió el poder y emitió 68 decretos-leyes entre el 25 de octubre de 1944 y el 28 de febrero de 1945.
De manera simultánea, funcionaron otras dos instituciones: el Congreso de la República —entonces denominado Asamblea Nacional Legislativa— y la Asamblea Nacional Constituyente, que aprobó la Constitución de 1945, derogando la de 1879.
Elecciones y Constitución de 1945
Las elecciones generales se celebraron el 17, 18 y 19 de diciembre de 1944 para elegir presidente, diputados y autoridades municipales. Con el 86.3% de los votos, Juan José Arévalo resultó electo y tomó posesión el 15 de marzo de 1945.
La nueva Constitución fue promulgada el 11 de marzo de 1945, sancionada por la Junta Revolucionaria el 13 de marzo y entró en vigor dos días después, coincidiendo con la investidura de Arévalo. Estuvo vigente nueve años.
Arévalo subrayó que la Revolución no había sido un golpe de Estado ni una simple revuelta política, sino un proceso progresivo, sin pretender transformar de manera inmediata las estructuras sociales, económicas, políticas y éticas del país.
El régimen revolucionario (1944-1954)
Se denomina “revolucionario” al período comprendido entre 1944 y 1954, durante el cual gobernaron la Junta Revolucionaria, Arévalo y posteriormente Jacobo Árbenz.