Inclinar la cabeza hacia atrás cuando sangra la nariz es una creencia popular muy extendida, pero hacerlo es contraproducente y potencialmente peligroso.
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Redacción El País
Una de las creencias populares más arraigadas es que uno tiene que inclinar la cabeza hacia atrás cuando sangra por la nariz. Intuitivamente, eso parecería correcto, ya que la acción contribuiría a invertir la dirección de la sangre. Pero desde el punto de vista médico, hay que hacer lo contrario.
Cuando se inclina la cabeza hacia atrás, aumenta el riesgo de atragantamiento y aspiración: Al inclinar la cabeza hacia atrás, la sangre fluye por la parte posterior de la nariz hacia la garganta.
Eso puede provocar náuseas, vómitos o tos irritante al tragar sangre. El mayor peligro es que la sangre sea aspirada hacia los pulmones, lo que puede causar complicaciones respiratorias graves, especialmente en personas inconscientes o desorientadas.
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Además, no se detiene la hemorragia: La medida no ayuda a coagular la sangre ni a presionar el vaso sanguíneo que está sangrando. Simplemente desvía el flujo de sangre, dando una falsa sensación de control porque no se ve salir por la nariz.
¿Cuál es la forma correcta de actuar?
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Seguí estos pasos, recomendados por asociaciones médicas y de primeros auxilios:
1. Mantené la calma. El nerviosismo puede aumentar la presión arterial y empeorar el sangrado.
2. Sentate y incliná la cabeza hacia adelante. Esto permite que la sangre salga por la nariz y no vaya hacia la garganta.
3. Apretá con los dedos la parte blanda de la nariz (justo por debajo del hueso). Respirá por la boca.
4. Mantené la presión durante 10-15 minutos sin soltar para comprobar si ha parado. No interrumpas la presión cada pocos segundos.
5. Aplicá frío. Podés colocar una compresa fría o hielo envuelto en un paño sobre el tabique nasal (en la base de la nariz) para ayudar a contraer los vasos sanguíneos.
Cuándo buscar ayuda médica urgente
Ignacio Sanchez/Archivo El Pais
Acudí a un servicio de emergencias si:
· El sangrado no se detiene después de 20-25 minutos de presión continua.
· El sangrado es muy abundante o creés que habés perdido mucha sangre.
· El sangrado fue consecuencia de un golpe fuerte en la cabeza (podría ser una fractura de cráneo).
· Te sentís mareado, débil o con sensación de desmayo.
· El sangrado comenzó después de tomar un medicamento nuevo.
· Tenés alguna condición médica que afecte la coagulación de la sangre.
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