La cambiante lengua compartida en Internet recurre, con frecuencia, a una palabra que sirve para explicar lo inexplicable: aura. Ese algo que hace que ciertas personas -y ciertos objetos- nos atraigan con una intensidad difícil de racionalizar, o nos repelan lo justo como para mantenerlos a distancia. El bolso Birkin de Hermès es uno de esos objetos. Su nombre no remite solo a una pieza de marroquinería lujosa, sino a una mitología en sí misma: la de lo supuestamente práctico que se vuelve inalcanzable.
]]>