El cuerpo de un goor-jigeen es arrancado a la fuerza de su tumba. Representantes de una multitud lo desenterraron y ahora lo sostienen de pies y manos. Lo arrojan lejos dándose envión, como si fuera una bolsa de arena. Eso que alguna vez fue un hombre está desnudo y su rostro ya no parece un rostro.
Goor-jigeen es como les dicen a los «afeminados« en Senegal.
La viralización del video de la profanación del cuerpo de un hombre por haber sido gay es el punto de partida de la última novela traducida al español del senegalés Mohamed Mbougar Sarr «Hombres puros» (Anagrama, «Des purs hommes«).
En Senegal, los goor-jigeen y quienes los defienden pueden ser asesinados en cualquier momento, advierte el narrador de «Hombres puros«. Ya sea por una prueba o un rumor, no bien un vecino se entera de su existencia un láser invisible comienza a perseguirlos. Desde entonces tienen tres caminos posibles: la muerte, el exilio o la cárcel.
«Hombres puros» es ficción, pero una exhumación como la que da pie a la trama sí existió. Es un crimen poco común, pero reiterado en los últimos años.
«Estaba en la secundaria cuando vi el vídeo que abre el libro. Me dejó una impresión duradera y desafió mis propias opiniones sobre la homosexualidad. Empecé a hacerme las mismas preguntas que el narrador: ¿quién era este hombre? ¿Quien es su familia? Fue en ese momento cuando decidí escribir», contó Sarr en 2018, en una entrevista con Le Monde.
Una secuencia de terror
El capítulo 11 de «Hombres puros» plantea una secuencia de terror.
Allí el narrador enumera varios crímenes de odio uno más absurdo que el otro. Todos reales a excepción de uno. El capítulo, de una sequedad pasmosa y el grado informativo justo, describe el pánico homosexual que sufre Senegal desde hace años. ¿A qué se debe tanto odio? Sarr tiene una teoría.
Susanne Gehrmann, la autora de un ensayo sobre la obra del autor, confirma en su libro «El laberinto literario de Mbougar Sarr» que en ese país efectivamente existe «un clima de creciente homofobia”. Y enmarca los eventos del capítulo 11 en los diez años previos a la publicación de la novela en su idioma original, en 2018.
«Los escándalos se debieron a ceremonias matrimoniales entre hombres, pero también a trivialidades como el asunto del bolso afeminado del famoso cantante Wally Seck en 2016. Este bolso desató un rumor sobre su homosexualidad y una campaña en las redes sociales», escribe Gehrmann.

Los casos más mediáticos
Los ataques homofóbicos que llegaron a los medios y causaron un revuelo social significativo en el lapso de tiempo en que Sarr planificó su novela comenzaron a partir del descubrimiento de una reunión de hombres de la que se dijo que fue un casamiento gay.
Las fotos de dicho encuentro las publicó en un diario local en 2008. Este episodio aceleró la persecución de homosexuales en Senegal al punto tal que, para salvar su vida o evitar exponerse, muchos miembros de la comunidad LGBTIQ+ se exiliaron o interrumpieron sus tratamientos de VIH.
Poco tiempo después, nueve hombres que habían participado en el mitín fueron denunciados por un vecino, detenidos y posteriormente condenados a 8 años de prisión. Los acusaron de cometer “actos indecentes” y “actos contra natura”.
Como los consideraron una “asociación para delinquir” su pena fue mayor. En Senegal, las condenas a los homosexuales van de 1 a 5 años de prisión y multas de 100.000 a 1,5 millones de francos CFA (227 a 3.400 dólares).
Para su fortuna, las buenas noticias llegaron rápido: menos de dos semanas más tarde, los nueve fueron liberados gracias al rápido accionar del tribunal de apelación.
Al mismo tiempo, en Thiès se daba la expresión más salvaje del pánico homosexual. Allí, un hombre era exhumado dos veces luego de que su familia, tras el primer desentierro, lo pusiera nuevamente a descanso.

Una exhumación como la de Thiès y la de la novela de Sarr volvería a cobrar preponderancia en Senegal recién en 2023, cuando una multitud infernal desenterró e incineró el cadáver de un hombre gay en Kaolack. Existe un video del cadáver en llamas.
El autor de «Hombres puros» entiende que el odio hacia los homosexuales en Senegal está arraigado en la cultura nacional y en su religión predominante, la musulmana (el Corán tilda de “inmoderados” a los homosexuales, pero no condena explícitamente esa práctica, lo que da lugar a debate).
Para él hay una creencia colectiva que sostiene que Occidente quiere importar la homosexualidad en África. Atacar sus valores sociales. Y eso lo expone el narrador de «Hombres puros«. De más está decir que su novela fue prohibida en Senegal y que el escritor no vive allí, sino en Francia.