El Atlético de Madrid salió con todo a buscar el partido de Champions League ante Real Madrid, tanto que hizo un gol en treinta segundo y uno de sus jugadores terminó golpeando al entrenador Merengue.

Fotos: EFE
Redacción El País
En las cinco series que de Champions League que han jugado hasta ahora, siempre ha pasado o levantado la copa el Real Madrid, por eso es que Atlético de Madrid sabía que tenía que salir con todo el impulso este miércoles ante el equipo Merengue en el Metropolitano por la vuelta de los octavos de final.
En el partido de ida había sido victoria del equipo de Federico Valverde por 1-0, pero José María Giménez y sus compañeros sabían que podían dar vuelta la serie si sabían golpear en los momentos adecuados. Y lo hicieron.
Los dirigidos por Diego Simeone habían sido recibidos al llegar al estadio por un verdadero infierno provocado por los hinchas que estuvieron alentando con bengalas, humo y fuegos artificiales desde horas antes del partido. De las diez veces que se enfrentaron por Champions hasta el momento, seis fueron victoria del Real Madrid, pero Atleti sabía que, si salía concentrado desde el primer momento, podría vulnerar al equipo Merengue mientras se acomodaba al partido.
Y así fue. Los Colchoneros salieron verdaderamente con todo y a los treinta segundo, a través del inglés Connor Gallagher, lograron abrir el marcador tomando desprevenido al Real Madrid. El comienzo del partido del equipo local fue apabullante y la entrega de sus jugadores, brutal. Tanto que uno de ellos terminó golpeando al entrenador rival.
Guiliano Simeone, el hijo del Cholo, que jugó de volante por derecha, golpeó sin querer, pero con mucha fuerza a Carlo Ancelotti, director técnico del Real Madrid. El argentino fue a disputar una pelota con un rival, barriéndose, pero siguió de largo hasta darle un fuerte golpe al entrenador italiano de 65 años.
Carletto quedó agachado, tomándose sus rodillas y con visibles gestos de dolor. Ni en sus épocas de jugador se había llevado un golpe tan imprevisto, pero este terminó de buena manera con las disculpas de Giuliano y un cómplice abrazo entre los dos.
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