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jueves, marzo 13, 2025

Dana Madera y su terror rural: Así es su nuevo libro de cuentos

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La escritora Dana Madera tiene listo su segundo libro de cuentos. Ahora fue para el lado del terror rural, por decirlo de alguna manera. Tiene título, pide no decirlo, pero se vincula con lo que hay debajo de la tierra. Madera, que también es abogada, nació en Carlos Casares en 1988 y editó su primer libro en 2021 (Nuestros años pasan de la misma manera, Rosa Iceberg).

El cuento que sirvió de apertura la rompió. Lleva por título “Alrededor es todo pampa sin fin” y ganó una mención de honor en el concurso Haroldo Conti en 2020. “El final de ese cuento apareció después de 15 versiones y muchas charlas con mis colegas y amigas”, advierte Madera a Clarín sobre la inspiración y su forma de trabajar.

La escritora habita la ciudad pero conserva la tranquilidad de la llanura. Entró de alpargatas y remera blanca al Bar Británico de San Telmo y contó que, aunque no ejerza la abogacía en el sistema judicial (o sector privado), su actual trabajo tiene que ver con su carrera. Forma parte del equipo que busca a las personas perdidas en todo el territorio nacional. Para sus cuentos, la búsqueda es igual de compleja. Aún así, Madera tiene los objetivos claros y parece que llegó al mundo literario para quedarse.

–¿Qué podés decir de tu estilo?

–Yo soy una enamorada más del estilo que de la trama. Y soy una enamorada más de los cuentistas que priorizan estilo por sobre trama. Hay cuentistas faro que siempre tengo a mano y no pierdo de vista. Carver y Flannery O’Connor, por ejemplo. Silvina Ocampos, Shirley Jackson, Vera Giaconi, que es con la que estudio hoy, sus cuentos son fenomenales. Vera es para mí la madrastra del cuento y es una de las mejores editoras de este país. Creo que lo que busco es conmover. Y trabajo mucho en lo no dicho, te permito que vos te quedes con lo que te quieras quedar de los cuentos. No importa mucho lo que quise decir yo. Eso no lo abandoné en el libro nuevo, sigo trabajando mucho en lo no dicho. Me gustan las escritoras y los escritores que laburan ese universo de silencios, el universo de la atención. Que te dejan medio un sin sabor a veces. Soy muy fanática de esa búsqueda y la aprecio mucho como lectora. Lo quiero conquistar y perfeccionar como escritora.

–Para todos los trabajos que tenés actualmente leés mucho. Sos lectora por placer y también en esto que marcás de los faros para construir tu obra, ¿cuáles son los libros que te fueron marcando y te trajeron hasta acá?

–La música y la pintura siempre me gustaron. El arte en general en mi casa circulaba, pero los libros me hacían algo distinto en el cuerpo. Desde muy chica llegué a libros que me cambiaron la vida. Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez, a los 14; Boquitas pintadas de Puig a los 16, me cambió la vida. Me preguntaba ¿Qué es esto? Los cuentos completos de Silvina Ocampo a los 17; Siempre hemos vivido en el castillo de Shirley Jackson a los 20 e It de Stephen King a los 28. Y obviamente Selva Almada, mi primera maestra. Yo siento que hay un antes y un después con Ladrilleros. Es un libro que regalé mucho. Cuando lo leí quise ir hacia ella, quería hacer lo que ella hacía en tanto búsqueda de escritura.

Dana Madera. Foto: gentileza editorial.
Dana Madera. Foto: gentileza editorial.

Como si todos tuvieran una casa a la hora de pensar un cuento, Dana Madera se forjó no sólo al fuego de sus lecturas sino también de sus vínculos. El primero fue el que mencionó, Selva Almada y sus talleres.

Por ese mismo espacio pasó Dolores Reyes que ya tenía entremanos el ahora masivo Cometierra. Además de seguir cursando la Licenciatura en Artes de la escritura (UNLA), trabaja con Samanta Schweblin para la selección de su taller de diciembre y, además, continúa yendo al taller de Vera Giaconi.

–Hablemos de tu segundo libro de cuentos, ¿ya tiene forma?

–Sí, tiene título, lo está leyendo una editorial importante y se va a editar con cuentos más largos. Largos de verdad: de 40 a 50 páginas. Se completa con otros más cortos. Entre ellos dialogan en una suerte de terror rural, sobrenatural, de soledad del campo. Fui de lleno hacia el campo. Uno sofocante, opresivo, vasto, triste y seco pero lindo, creo yo. El campo que yo amo no es terrorífico por eso, en ese sentido, los cuentos se nutren de otros lugares. De lecturas de colegas como siempre, estoy con Lovecraft, Conti, Enríquez, entre muchas otras. El proceso de un segundo libro es mucho más complejo. Ya no hay inocencia, aparece el miedo de entender si sigo teniendo cosas para decir y, además, las técnicas se vuelven conocidas y entonces ahora sí hay cosas para perder. Con el primero no había nada para perder.

–¿Cómo te llevás con otros formatos como la poesía y la novela?

–Los y las colegas que hacen poesía están en otra dimensión. Prefiero ser lectora de ese mundo. No siento que tenga esa sensibilidad, ese poder de observación y contemplación. Con la novela me vinculo más (siempre algo de ahí puede servir) pero también la siento lejana. Mi hermana es novelista y entre nosotras nos apoyamos bastante. Pero ambas tenemos claros nuestros terrenos. Veo que hay muchos poetas que no siempre hacen el cruce. Las poetas que más me gustan no han hecho el cruce de formato. Se han quedado en ese universo, es un lugar con otras reglas. Yo me llevo bien con las reglas del cuento, es hasta algo intuitivo.

Dana Madera. Foto German Garcia Adrasti.Dana Madera. Foto German Garcia Adrasti.

Mientras se termina su café en jarra, Dana da a entender que la verdad no hace nada de ruido. Habla de sus maneras de encarar la lectura (no tiene una sola), de cómo los artista le escapan a su obra maestra y de la biblioteca familiar. Con sus ojos claros y boca grande, dice: “Yo soy una persona muy escueta con la información. Entonces, cuando leo mundos generosos con la información, presto mucha atención y pienso a qué me están invitando, porque a veces también desconfío de la generosidad”.

También dice que no busca el humor en sus cuentos aunque un poco de eso se meta. Siempre aparece casi en la última derivada, ahí donde ahora vamos a saber qué tipo de miedos nos acechan en los nuevos cuentos. Quizás debamos estar a cierta distancia de rescate.

O como lo dice en “Alrededor es todo pampa sin fin”: “Hace quince minutos que estamos en la ruta y yo sigo sin saber adónde vamos, le pregunto de nuevo y ella tuerce un poco la boca, una mueca que no llego a leer, como divertida, como misteriosa, pero que mí no me gusta”.

Dana Madera básico

  • Nació en Carlos Casares en 1989 y vive en Buenos Aires. Es abogada por la Universidad de Buenos Aires y estudia la licenciatura en Artes de la Escritura en la Universidad Nacional de las Artes.
  • Trabajó como docente, fue parte del proyecto audiovisual Los Confines de la Palabra junto a Liliana Bodoc y del equipo de edición y redacción de la revista digital Palta.
  • Actualmente coordina talleres de literatura en Buenos Aires. Su cuento “Alrededor es todo pampa sin fin” obtuvo una mención de honor en el Concurso Haroldo Conti (2020) y será parte de una antología de autores bonaerenses. Nuestros años pasan de la misma manera es su primer libro.

Redacción

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