Debe ser un tipo muy particular Daniel Day-Lewis: se dice que en muchas ocasiones se comporta como el personaje que debe interpretar y que esas características lo transportan más allá del rodaje de cada una de sus películas.
Tanto se metía en sus personajes que directamente era otra persona, como se puede ver en Petróleo sangriento (2007), donde hacía de un ambicioso magnate petrolero. En el set, Daniel Day-Lewis evitaba todo contacto con su compañero de elenco, Paul Dano: en la ficción ambos eran enemigos acérrimos. No quería familiaridad alguna, contó luego Dano en varias entrevistas.
En la película que lo hizo famoso, Mi pie izquierdo (1989) se negó a dejar la silla de ruedas durante semanas y pedía que lo empujaran y le dieran de comer en la boca. En El nombre del padre (1993) se quedó sin dormir tres noches seguidas para la escena del brutal interrogatorio de un hombre falsamente acusado de terrorismo.
El ermitaño
Allá por el mes de junio de 2017, después de su memorable interpretación en El hilo fantasma, Daniel anunció su «retiro definitivo» de la actuación a través de un comunicado. Según el texto, se trataba de “una decisión personal”. Aseguraba que ni él ni sus representantes iban a hacer más declaraciones al respecto. ¿Fin?
No, “Vuelve: Daniel Day-Lewis”, se lee en un título de la prensa extranjera. Y vuelve de la mano de una película independiente llamada Anemone.
Del filme se comenta que es “intenso y melancólico” y que trata sobre un hombre de mediana edad que parte de su casa en un viaje a los bosques del norte de Inglaterra, donde se reencuentra con su hermano, el ermitaño Day-Lewis, de quien se había distanciado.

El proyecto de Focus Features se estrenará mundialmente en el Festival de Cine de Nueva York, que comienza el 26 de septiembre y se extiende hasta el 13 de octubre. La película, dicho de otro modo, marcará el regreso del tres veces ganador del Oscar, luego de ocho años de retiro.
“Daniel Day-Lewis está de regreso”. “El célebre actor, tres veces ganador el Oscar, decidió ponerle fin a su retiro”. Los medios, en general, le dan la bienvenida. Un dato para subrayar es que la película está coescrita y protagonizada por él y que la dirección de Anemone es del operaprimista Ronan Day-Lewis, ni más ni menos que su hijo de jóvenes 27 años, fruto de la relación del actor con Rebecca Miller, guionista, escritor, también actriz.
Días de motocicleta
Ocho años atrás leíamos lo siguiente: “Daniel Day-Lewis dejará de trabajar como actor. Está inmensamente agradecido a todos sus colaboradores y al público durante todos estos años. Esta es una decisión privada.
En una entrevista con la revista W, por eso días, el célebre actor de La insoportable levedad del ser, explicaba: “Sabía que no era habitual hacer una declaración. Pero quería dejarlo. No quería volver a involucrarme en otro proyecto. Toda mi vida he dicho que debería dejar de actuar, y no sé por qué esta vez fue diferente, pero el impulso de dejarlo se arraigó en mí y se convirtió en una compulsión».

Y continuó: «Era algo que tenía que hacer. Me da miedo usar la palabra tan usada ‘artista’, pero hay algo de la responsabilidad del artista que pesa sobre mí. Necesito creer en el valor de lo que hago. El trabajo puede parecer vital. Irresistible, incluso. Y si el público lo cree, eso debería bastarme. Pero, últimamente, no lo es para mí”.
Ya a fines del año pasado, allá por el mes de octubre, unas imágenes despertaron el rumor sobre un posible regreso. ¿Qué paso? Daniel fue descubierto en medio de una filmación, montado en una soberbia motocicleta recorriendo las calles de Manchester, Inglaterra, con su par Sean Bean detrás de él.
Day-Lewis iba vestido en plan Easy Rider con un camperón verde, embutido en un pantalones negros, botas marrones y guantes haciendo juego. Por supuesto que también llevaba un casco, anteojos de sol cromados y una barba canosa y muy bien recortada. Cuando los medios norteamericanos consultaron sobre este nuevo proyecto, los representantes de Day-Lewis no respondieron nada.
Actuar para escapar del mundo

Daniel es inglés. Nació en Londres en 1957. Es hijo del poeta Cecil Day-Lewis y la actriz Jill Balcon. Cuando empezó a hacerse conocido, declaraba que actuar era algo que le fascinaba desde chico porque lo consideraba “la única y más perfecta manera de escapar del mundo”. No había terminado la primaria cuando hizo su primer papel en la pantalla grande con una breve y sencilla aparición en Dos amores en conflicto, de John Schlesinger.
En 1990 volvió locos a todos con su tremenda actuación el Mi pie izquierdo, película que le significó ganar su primer Oscar al interpretar a un escritor irlandés con parálisis cerebral, Christy Brown. Llegó a confesar que para hacer ese papel estuvo practicando medio año escribir y pintar con el pie.
En 2008 volvió a ganar el Oscar con su rol de magnate inescrupuloso en Petróleo sangriento, de Paul Thomas Anderson. El tercero se lo llevó en 2013, de la mano de Steven Spielberg, por el drama histórico Lincoln, donde Day-Lewis se puso en la piel del decimosexto presidente de los Estados Unidos. Y, como sólo él sabe hacerlo, prácticamente se mimetizó.