En medio de la creciente preocupación por los discursos de odio y las amenazas en redes sociales, Daniel “Gordo Dan” Parisini marcó distancia de su colega Fran Fijap, denunciado recientemente por publicar mensajes considerados amenazas contra la democracia.
“Hay tuits que son amenazas contra la democracia y otros que no”, afirmó Parisini, al tiempo que subrayó: “No me hago cargo de los tuits de Fran Fijap. Hay que saber tuitear”.
Las declaraciones de Parisini llegaron luego de que distintas organizaciones sociales y referentes políticos repudiaran los mensajes de Fijap en la red social X (ex Twitter), por incitar a la violencia y poner en duda los principios básicos de convivencia democrática. Si bien Parisini y Fijap comparten espacio en varios debates públicos y suelen coincidir en algunos planteos políticos, el “Gordo Dan” se esforzó en aclarar que no avala ningún tipo de amenaza ni discurso que atente contra las instituciones.
Las amenazas, aunque a veces disfrazadas de “chicanas” o “humor negro”, alimentan un clima de tensión y desconfianza en un momento en que la democracia necesita más diálogo y menos enfrentamientos. La libertad de expresión no es un cheque en blanco para incitar a la violencia ni para socavar el orden democrático, y quienes tienen influencia en las redes deberían ser los primeros en asumir esa responsabilidad.
Por el momento, Fran Fijap no hizo declaraciones públicas tras las denuncias ni respondió a los dichos de Parisini. Sin embargo, su silencio contrasta con la ola de críticas que sigue creciendo, exigiendo que se frenen los mensajes que ponen en riesgo la paz social y el respeto por las instituciones.
En tiempos de polarización, las redes sociales pueden ser una herramienta poderosa para el debate y la construcción colectiva, o un arma peligrosa cuando se usan para propagar odio. Tal vez sea hora de entender —como dijo Parisini— que “hay que saber tuitear”.