Se dice tímido y lo parece, sin embargo esa supuesta timidez no frena su locuacidad. Daniel Morales, el español que acaba de llevarse el Premio Clarín Novela por su libro Cuaderno inglés, está evidentemente conmovido por este reconocimiento a su obra cuando nos reunimos para la entrevista. “Me alienta enormemente que Javier Cercas, un escritor al que admiro, comparara mi novela con Stoner, de John Williams, uno de los libros que más me ha emocionado en mi vida”, dice este malagueño de 42 años, que considera “un privilegio” el haber sido leído y valorado por escritores que admira, como Mariana Enríquez, Alberto Fuguet y el autor de Soldados de Salamina. Como el personaje de Stoner, el protagonista de la novela ganadora lleva una vida gris a pesar de su amor por los libros.
Daniel Morales, ganador del Premio Clarín Novela 2025. Foto: Martín Bonetto.A lo largo de la charla, Daniel Morales transmite una gran calidez y se expresa con una sinceridad de la que por momentos se arrepiente: poco acostumbrado a las entrevistas, parece temer una exposición excesiva. Reconoce que Cuaderno inglés tiene mucho de autoficción, ya que no solo vive en Londres, como el protagonista de su novela, sino que como él, lleva una vida bastante retraída y austera que gira en torno a la literatura. Pero mientras que su personaje es un lector voraz que todavía no ha pasado del otro lado, del lado de la escritura, su autor escribe ficción desde que terminó en la universidad los estudios en Filosofía.
Los deseos de independencia, la necesidad de pagar el alquiler, lo llevaron a escribir su primer cuento para presentarse a un concurso. Desde entonces, no ha parado de escribir, y muchas decisiones de su vida se orientan a preservar su rutina de escritor.
Como contó en la entrega del premio, para reducir su presupuesto y evitar el pago de una vivienda, encontró el recurso del house-sitting –cuidado de casas– lo que lo obliga a cambiar su lugar de residencia constantemente. Una modalidad nómade que tiene sus inconvenientes: ha pasado inviernos viviendo en carpa y no tiene biblioteca propia porque no puede llevarla de casa en casa, de manera que está obligado a regalar los libros que compra. Tanto para él como para su personaje, las bibliotecas públicas son lugares de refugio donde concentrarse en la tarea y, a la vez, sentir la compañía de otros lectores: “saber que hay alguien allí, leyendo, es como estar sentado junto a una estufa calentita”.
A pesar de numerosos concursos de cuentos ganados y dos novelas publicadas en editoriales independientes, Daniel Morales sentía la necesidad de llegar a más lectores cuando mandó su manuscrito al premio Clarín. “Tenía dos libros sin publicar, además de esta novela, y esto merma la autoestima. Como dijo Úrsula K. Le Guin, para escribir necesitas confiar en ti mismo, confiar en la historia y confiar en el lector, a mí me estaba faltando la confianza en mí mismo y este premio fue una gran inyección de energía”.
Presentada con el seudónimo de Garp (un personaje de John Irving), Cuaderno inglés narra la vida de Carlos, un español solitario que vive en el sur de Londres, cuya única pasión es la lectura y se gana la vida en trabajos poco calificados, como el cuidado de personas mayores, con tal de que le dejen tiempo libre para leer. Sus rutinas son meditadas: no navega por internet en el desayuno y elige una lectura amable para empezar el día, corre descalzo por los parques de Bromley Common, lee en las bibliotecas públicas y visita los supermercados cerca del cierre para comprar ofertas de última hora. Conversa con muy pocas personas, en general, con los pacientes y ancianos que atiende con dedicación.
–¿Qué cosas tuyas reconoces en el protagonista de Cuaderno inglés?
–Eso prefiero mantenerlo en secreto: es mejor alimentar el misterio. Las cosas que pueden parecer más inverosímiles son reales y las más verosímiles no. Diría que es real la esencia del libro y no son reales las anécdotas. Laurie Lee, que escribió un libro de memorias con éxito abrumador, decía que tenía que seleccionar entre los hechos de su vida y a veces mentir para sintetizar mejor. En mi novela muchas veces cuento cosas que no ocurrieron porque es el único modo de expresar la verdad del personaje.
–Carlos se gana la vida en trabajos mal pagos y por momentos parece conforme con esa elección que le deja mucho tiempo para leer. Pero de pronto aparece su angustia y frustración. En esa ambivalencia se mueve la novela.
–Yo creo que eso nos pasa a todos. Helen Mac Donald en un libro que se llama H de halcón, dice: cargamos con nosotros las vidas que imaginamos tanto como las vidas que vivimos. Tanto los que llevan una vida variada, llena de acción como los que llevamos una vida más aburrida, en cierto momento se abre una grieta y ves la vida que imaginas o imaginaste, una vida que eres tú también, y el anhelo de esa vida te hace pasar un momento un poco difícil, una pequeña depresión. A Carlos le pasa eso, él lleva una vida que a algunos les parecerá aburrida y lo es. Yo soy así, soy extremadamente solitario y me gusta mucho leer pero me cuesta extraer alegría de la interacción social. Sin embargo, tengo amigos cuyas vidas me pueden parecer envidiables que a veces me dicen: ¡qué no daría yo por tener la soledad y tranquilidad que tienes!
Daniel Morales, ganador del Premio Clarín Novela 2025. Foto: Martín Bonetto.–Veo mucha relación entre tu novela y la película Perfect days de Wim Wenders. El personaje elije hacer un trabajo poco calificado y llevar una vida austera y gris, apartado del mundo.
–No me gustó tanto la película pero es verdad, hay una escena que me recordó mucho a mi libro, un momento en que la sobrina le pregunta: ¿de verdad te dedicas a limpiar váteres? Él tiene esa vida plácida y buena pero bajo la superficie está ese sentimiento insatisfacción de ser un perdedor, que es lo que le sucede a Carlos también.
–El tono amable, algo melancólico de Cuaderno inglés es otro punto que la acerca a novelas como Stoner de Williams.
–Sí, Stoner me parece una obra maestra. Hay escritores que intentan demostrar cuando escriben que son más listos que los lectores. Y hay otros que no se preocupan por eso y se hacen un poco los tontos, prefieren que el lector se sienta más inteligente. Es una forma de cortesía hacia el lector. Williams es uno de ellos, Ishiguro es otro, Lo que queda del día, con ese mayordomo maravilloso.
–¿Ese tono es un rasgo de esta novela o de tu escritura?
–Es una pose, supongo. Y ¿cuál es el lugar de las poses? Las redes sociales. Allí adopté esa pose, de persona tranquila que habla en voz baja, cuando abrí mi cuenta en Instagram a instancia de mis editores, @ydelibros. Pero no es todo pose, en realidad soy así. Es una pose que me permitió encontrar mi propia voz.
–Una voz opuesta a la que impera en las redes. En la novela hay una frase que subrayé: “A base de tropezar a todas horas con memes, parodias y autoparodias, nos acostumbramos a leer la realidad y a nosotros mismos a través del filtro del sarcasmo”.
–Yo soy tímido e introvertido y cuando estudiaba Filosofía estaban de moda los autores franceses de los 60, Deleuze, Derrida, era una filosofía del descaro y el exhibicionismo. Entonces yo empecé a comportarme así. En cierta ocasión hice algo que no iba con mi carácter y alguien me dijo: “Dani, ese no eres tú”. Eso pasa también en las redes sociales, mucha gente que no es exhibicionista ni sarcástica intenta adoptar esa pose en las redes. Yo puedo ser irónico a veces pero el sarcasmo no me gusta.
Daniel Morales, ganador del Premio Clarín Novela 2025. Foto: Marcelo Carroll.Entre sus escritores preferidos se encuentran Borges y Cortázar, del primero admira al ensayista y dice que lo siente tan cercano como a un amigo; al autor de Rayuela ha regresado menos, pero fue un estímulo importante en su inicios. Se declara un lector admirado de los relatos de Mariana Enríquez y de Samantha Schweblin, y sorprende cuando cuenta que la novela que tiene entre manos pertenece al género de terror, –un género muy alejado de la autoficción que es Cuaderno inglés – y que su escritura comenzó a fluir cuando tuvo que alojarse en una casa que le daba mucho miedo, sembrada de símbolos satánicos.
La charla sigue, me entero de que también ha explorado el suspense a lo Patricia Highsmith, y me admira este personaje lleno de sorpresas que es Daniel Morales. Un escritor que ha llevado al extremo su dedicación a la literatura y que ahora, afortunadamente para nosotros, lectores, está empezando a cosechar sus frutos.





