Estas últimas semanas fueron una montaña rusa de sensaciones para Darío Barassi. Es que, para el animador, es inevitable recordar las grabaciones del último Ahora caigo a lo largo de la etapa final de la vida de su mamá, Laura, que luchó contra un cáncer de páncreas y murió en noviembre de 2023… Y de todo el esfuerzo que hacía para estar presente a su lado.
Así lo recordó en un posteo que hizo este fin de semana, en donde compartió algunas divertidas postales juntos y dijo: “Yo terminaba de grabar y huía a la casa de mi vieja. Compraba abajo algo para tomar el té que le gustara. Llegaba, la ayudaba a levantarse de la cama y nos instalábamos en el living”.

“El mundo se paraba a la hora del programa. Nos sentábamos en el sillón, manta encima, y a disfrutar. Ella jugaba, estaba lúcida, era buena. Me ponderaba trajes, me criticaba chistes, de vez en cuando me miraba y me decía, ‘sos terrible gordito’. Esa gracia y rapidez las heredaste de mí, sentenciaba, y un poco cierto era”, rememoró en Instagram.
-Fiel a tu ácido estilo, muchas veces te escuché hacer humor con la muerte de tu papá. ¿Todavía es algo que no te permitís con tu mamá?
-No. No puedo. Mi papá murió cuando yo tenía 5 años, así que en el medio pasaron 37. Pero lo de mi vieja todavía lo sufro. No puedo creer que mis hijas no puedan disfrutar a su abuela. Recién terminamos de grabar uno de los programas y sí, te digo que hago todo el tiempo chistes con la muerte o con el hecho de ser huérfano. Pero específicamente sobre mamá no puedo.

-¿Cómo transitaste el duelo?
-El primer año estuve detonado. Destruido. Se me desmoronó el mundo y sentí que perdí el control de todo. No podía encontrarme, me sentía fuera de eje. Sin dudas que fue la pérdida más grande de mi vida, pero mis hijas, mi mujer, y el trabajo me ayudaron un montón.
-¿Cómo hiciste para procesarlo?
-Con mucha terapia, porque la muerte de mi vieja me partió al medio, como que me descolocó. No queda otra que poder hablarlo. Y me fui un par de días solo a un lado para terminar de procesar el duelo: transitar el cáncer terminal de una persona tan cercana es doloroso. También fue gratificante porque pude estar cerca suyo. Se murió en los brazos de sus tres hijos. Lo hablo y no termino de entender que me haya pasado. Quiero que esté acá. Fue todo un proceso.. Pero yo me río de todo y en algún momento también voy a poder hacer humor de esta situación.
-¿Quedó alguna charla pendiente con ella?
-Fue el peor proceso por el que pasé en mi vida, pero haber estado tan juntos nos dio la oportunidad de reconciliarnos. No porque hayamos estado peleados, sino porque generamos esas charlas de «de chico no me gusto esto» y di lugar a sus reclamos. Pudimos hablar un montón. Nos dijimos todo lo que nos teníamos que decir y nos despedimos. Sentí la última mirada, la tenía de la mano.
-¿Cómo la recordás?
-Yo crecí solo con mamá porque mi viejo murió, así que nos unió un vínculo muy fuerte. Ya no la recuerdo desde la tristeza o el dolor, sino desde un lugar libre. La siento libre, etérea y abierta. Hablo con ella, creo en ese tipo de conexiones. Si bien parece una frase hecha, siento que vive dentro de mí… A veces me encuentro cocinando alguna comida que ella hacía o diciendo alguna frase que siempre repetía.
La decisión de Darío Barassi vinculada a la crianza de sus hijas

Durante 2024 Darío Barassi tuvo que hacer un stop en su carrera. “Estoy mejor, pero los últimos dos años fueron difíciles porque transité la enfermedad de mi vieja que fue muy traumática». Con esa frase, el animador decide dar una pincelada sobre lo que vivió en el último tiempo.
Y rememora, en una charla íntima con Revista GENTE: «Estábamos construyendo una nueva casa con mi mujer (Lucía Gómez Centurión), somos papás (de Emilia, de 5 años, e Inés, de 2) y en el medio tenía que trabajar. Fue todo muy movido».
“Tanto esfuerzo me generó un pólipo en las cuerdas vocales y me tuvieron que operar, lo que me incomodó bastante porque estuve dos meses sin poder hablar. Y ahora debo tener ciertos cuidados con la voz que me demandan atención”, cuenta.

-¿Qué hacés para cuidarte?
-Con el tema del peso, que es un gran tema en mi vida, entreno dos veces por semana, y juego al tenis y nado. Trato de tener una actitud saludable, lo que me parece una buen ejemplo para mis hijas. Intento cuidarme bastante. Bajé un poco de peso. No es por una cuestión estética, sino de salud, ya que me ayuda a poder trabajar mejor porque las jornadas de grabación son largas. Quiero estar cómodo y que no me duelan las rodillas o la espalda. Deseo lograr una rutina saludable y voy mejor que en otras oportunidades.
-¿Y en casa cómo se lleva?
-Con mi mujer estamos tratando de que el mensaje sea más óptimo del que aprendí yo de chico. Mi esposa se ocupa bastante de ese tema y me parece buenísimo.
-¿Cómo se las incentiva a Emilia y a Inés?
-Tenemos una propuesta del estilo: si comen una comida nueva después hay una gratificación. Entonces, armamos una lista y cuando juntan diez cosas que comieron y son buenas, como el brócoli (menciona una), pueden elegir un juguete o hacer una salida de entretenimiento. Me encanta que todo sea lúdico con ellas. No es cuestión de quemarles la cabeza. Yo siento que no soy un ejemplo, pero vengo modificando mis hábitos y está bueno que entiendan el mensaje. Ellas entrenan conmigo, agarran las mancuernas, y la más chiquita me empuja por la espalda cuando hago abdominales. Me parece divertido.

-¿A la hora de la crianza comparten criterios de pareja?
-Sí. Somos un gran equipo de toda la vida. Lo fuimos como amigos, como pareja y ahora lo somos como padres. Tengo una familia espectacular que me da orgullo. Hablamos un montón sobre la crianza, es una batalla. Vamos muy alineados. Rara vez confrontamos sobre algún aspecto. Y si pasa eso, tiene razón mi mujer y termina teniendo razón mi mujer (risas). Cuando hay hijos se complica encontrar espacios de pareja porque las nenas te invaden todo. Pero bueno, está bien que así sea porque a mí no hay nada que me guste más que ser papá.
Fotos: Rocío Bustos
Video: Ramiro Palais
Arte de portada y retoque digital: Gustavo Ramírez