La calle de la Seca, en el corazón del Born, se llama así porque en ella hubo desde al menos el siglo XV una fábrica de moneda, conocida por este nombre. Se trata de un conjunto de caserones que se reparten entre la citada calle, Flassaders y la de las Mosques. Hoy, la mayor parte del edificio superviviente lo ocupa la Fundació Joan Brossa, pero una sección contigua alberga una gran sorpresa. Ahí tiene su discreta sede Euskalzaleak, una auténtica sociedad gastronómica vasca fundada hace 42 años por ciudadanos del País Vasco y Navarra residentes en la capital catalana y que todavía conservan un viejo horno en el que se fundía el metal para las monedas.
Los fundadores de esta sociedad alquilaron la casa prácticamente en ruinas y ellos mismos la rehabilitaron. Este txoko, que es como se denominan popularmente estas entidades con gran tradición entre vascos y navarros, reúne hoy día a unos 115 socios. A cambio de una cuota anual, los miembros de la sociedad pueden organizar comidas y cenas que reúnen a los socios que se apunten y a invitados. La condición es que todos los platos son cocinados por los propios afiliados. Las mujeres, lo tienen prohibido, lo que no les impide participar en el Banquete.

Este ‘txoko’, que es como se denominan popularmente estas entidades con gran tradición entre vascos y navarros, reúne hoy día a unos 115 socios
Xavi Casinos
Hace unos años, a causa de unas obras, surgió parte de un antiguo horno que había permanecido oculto y sellado que se utilizaba para fundir el metal. Hoy es visible la entrada en forma de arco. Está situado bajo la chimenea que sobresale del edificio. La gente de Euskalzaleak no oculta su orgullo de cocinar junto a esta parte de una historia de al menos siete siglos.
La primera referencia a la seca de Barcelona se remonta a 1441. Era un edificio que se encontraba en la esquina de las calles Seca y Mosques. Con el tiempo, se fue ampliando hacia Flassaders. También sufrió diversas reformas. Tras la Guerra de Sucesión, se cerró y no reabrió hasta la ocupación napoleónica. Permaneció en funcionamiento acuñando moneda hasta 1881, cuando cerró definitivamente. Tras varios usos, el inmueble acoge hoy la Fundació Brossa, que era la parte administrativa de la fábrica, y la sociedad gastronómica, en la parte que ocupaba la fundición. Esta es la razón por la que el txoko no tiene ventanas.

A cambio de una cuota anual, los miembros de la sociedad pueden organizar comidas y cenas que reúnen a los socios que se apunten y a invitados
Xavi Casinos
Consta de planta baja, donde están la cocina, uno de los comedores y los restos del horno de fundición, y un primer piso, utilizado también como comedor. El origen de por qué las fábricas de moneda se conocían somo secas, parece ser que proviene de la palabra sekka, que es como las designaban los árabes.