Ante la creciente crisis climática y la alarmante pérdida de biodiversidad, América Latina y el Caribe han dado un paso fundamental con la Declaración de Chicó-Bogotá para una Biodiversidad Positiva, una iniciativa impulsada por investigadores, académicos y científicos destacados de la región para integrar el conocimiento científico en la formulación de políticas para la conservación y restauración de los ecosistemas.
Los ecosistemas de América Latina y el Caribe albergan más del 60% de la biodiversidad mundial, pero también se encuentran entre los más amenazados. La deforestación, la expansión urbana descontrolada, la contaminación y el cambio climático están causando una degradación acelerada de los recursos naturales. Ante este panorama, la Declaración de Chicó-Bogotá busca promover la investigación científica, la cooperación internacional y el financiamiento de proyectos que aseguren la restauración, conservación y uso sostenible de la biodiversidad como un pilar fundamental para el desarrollo sostenible de la región.
El documento establece compromisos clave, entre ellos: la integración de la ciencia en la toma de decisiones, el fortalecimiento de redes de colaboración, la promoción de soluciones basadas en la naturaleza y la creación de sistemas de monitoreo que permitan evaluar el estado de los ecosistemas y la efectividad de las políticas implementadas. La transición hacia una biodiversidad positiva requiere la participación activa de la sociedad, así como el fortalecimiento de programas de educación ambiental y concienciación pública. Además, es fundamental que las comunidades locales y los sectores productivos se involucren en la formulación de soluciones innovadoras y en la adopción de prácticas sostenibles en su entorno.
CAF, como banco de desarrollo de América Latina y el Caribe, ha asumido un rol clave en la implementación de la Declaración. En este sentido, ha establecido una agenda de biodiversidad positiva basada en tres pilares principales: la integración de la ciencia en la formulación de políticas, la financiación de proyectos con impacto positivo en biodiversidad y clima, y el fortalecimiento de redes de colaboración técnica regional. Como parte de este compromiso, CAF ha creado un comité asesor científico especializado que colaborará con gobiernos, organismos multilaterales y el sector privado para generar recomendaciones basadas en evidencia científica. Este comité tendrá un papel clave en la identificación de áreas prioritarias para la inversión en conservación y en el diseño de mecanismos financieros innovadores que permitan canalizar recursos hacia proyectos de sostenibilidad.
CAF también destinará fondos para la financiación de proyectos orientados a la restauración de ecosistemas, la promoción de soluciones basadas en la naturaleza y la gestión sostenible de los recursos naturales. Estas inversiones buscan generar un impacto positivo en la biodiversidad y mejorar la calidad de vida de las comunidades locales, alineando el desarrollo económico con la conservación ambiental. Además, impulsará la creación de redes de colaboración entre científicos, investigadores, formuladores de políticas y actores del sector privado para facilitar el intercambio de conocimientos y la adopción de mejores prácticas en conservación y restauración ambiental.
Para garantizar el impacto de estas iniciativas, CAF desarrollará sistemas de monitoreo y evaluación de impacto que permitan medir los avances en la implementación de la Declaración de Chicó-Bogotá y ajustar estrategias según los resultados obtenidos. Estos sistemas asegurarán que las acciones emprendidas contribuyan a la conservación de los ecosistemas y al bienestar de las comunidades que dependen de ellos. Además, se está promoviendo la capacitación de profesionales en gestión de ecosistemas estratégicos y formulación de proyectos de biodiversidad, fortaleciendo así la capacidad técnica y operativa en la región. CAF también ha iniciado un proceso de diálogo con los sectores productivos para generar incentivos económicos que promuevan prácticas empresariales más sostenibles y alineadas con la conservación de la biodiversidad.
La participación de la comunidad científica y de todos los actores clave será determinante para el éxito de esta iniciativa. Las adhesiones están abiertas para aquellos investigadores y expertos interesados en contribuir al fortalecimiento de la gestión de la biodiversidad en América Latina y el Caribe. Los interesados pueden registrarse a través del sitio web de CAF y formar parte de una red de expertos comprometidos con el futuro ambiental de la región.
La Declaración de Chicó-Bogotá representa una oportunidad única para transformar el modelo de desarrollo de América Latina y el Caribe y situar la biodiversidad en el centro de las políticas públicas y económicas. A través de la colaboración y el compromiso de gobiernos, instituciones, sector privado y la comunidad científica, la región podrá avanzar hacia un modelo de desarrollo en el que la biodiversidad sea sinónimo de resiliencia, bienestar y progreso sostenible. En este sentido, es vital fortalecer la sensibilización y educación ambiental a todos los niveles, permitiendo que las futuras generaciones comprendan la importancia de la biodiversidad y su rol en la estabilidad ecológica y económica de la región.