Agosto 2025, Buenos Aires, Argentina – Nelson Leuzzi no se define como un hombre de negocios. Su proyecto, Argendigna, nace de una realidad mucho más cruda y personal: 15 años tras las rejas en las cárceles bonaerenses. Hoy, en libertad, su misión no es generar ganancias, sino transformar un «sistema cruel de encierro y violencia» en una fuente de segundas oportunidades.
«Tomé conciencia de que este sistema no da segundas oportunidades a quienes lo transitan», explica Leuzzi. «Está preparado para que falle, creando un círculo vicioso, la famosa puerta giratoria: delito-cárcel». Esta convicción lo llevó a fundar Argendigna, una asociación civil sin fines de lucro destinada a la reinserción social, educativa y laboral de personas que recuperan su libertad.
El Origen: Una Crisis y una Mala Decisión
La historia de Nelson comenzó con la crisis social del 2001 en Argentina. Con solo 12 años, una familia constituida y trabajadora se vio sumergida en la necesidad. «Empezamos a pasar hambre, todo ese mundo se derrumbó», recuerda. Con un padre enfermo y un hermano adicto, la responsabilidad recayó sobre él. Tras intentar subsistir con changas y trueques sin éxito, la calle le presentó el delito como la única herramienta para sostener a su familia.
«No nos morimos de hambre gracias a la herramienta que encontré en el delito», confiesa. Esa elección lo llevó a pasar 15 años de su vida en prisión, una experiencia que, lejos de quebrarlo, forjó su propósito actual.
La Misión de Argendigna
El proyecto de Leuzzi busca romper el ciclo de reincidencia. La misión de Argendigna es clara: promover la reinserción mediante acompañamiento psicosocial, capacitación profesional y acceso a oportunidades laborales dignas, no solo para ex convictos, sino para cualquier persona en situación de vulnerabilidad.
Su visión es convertir a Argendigna en una organización referente en Argentina, «comprometida con la transformación de vidas, la equidad de oportunidades y la construcción de un entramado social capaz de contener, capacitar e incluir».
De los Desafíos al Éxito
Para Nelson, el verdadero éxito no se mide en bienes materiales, aunque hoy cuenta con una casa propia y su emprendimiento. «El mayor éxito es ayudar a otros», afirma. Actualmente, acoge en su hogar a amigos que salen de prisión o luchan contra el consumo problemático, ofreciéndoles refugio y una nueva perspectiva de vida.
Este camino no ha sido fácil. Dentro de la cárcel, enfrentó la persecución de agentes que intentaban disolver su grupo de ayuda, que reclamaba derechos básicos para la población penitenciaria. Superó ataques físicos y verbales exponiendo los abusos ante el sistema jurídico. Su fortaleza, asegura, proviene de tener una visión a largo plazo. «Preservar enfocándome en los resultados que busco, no haciendo hincapié en los obstáculos, sino en los objetivos».
Con esta campaña de difusión, Nelson Leuzzi busca que el mensaje de Argendigna se divulgue, obteniendo un espacio en el ámbito político y privado para «accionar por el bien común» y crear una sociedad más segura, justa y equitativa para las nuevas generaciones.
