“Los dólares del colchón no tienen ningún apuro en salir”. La frase del economista Juan Carlos De Pablo, pronunciada esta tarde en Córdoba, resume con crudeza la distancia que todavía existe entre la estabilidad macroeconómica que busca el Gobierno nacional y el clima de confianza necesario para dinamizar sectores clave como el inmobiliario.
El economista fue claro: sin equilibrio fiscal no hay futuro. Pero también advirtió que lograr una economía en crecimiento –con crédito, inversión y mercado inmobiliario activo– no será inmediato.
“Recrear un mercado inmobiliario dinámico puede llevar diez años”, dijo. Y recomendó primero a los desarrollistas que lo escuchaban, agotar el stock de propiedades existentes antes de pensar en nuevos proyectos.
De Pablo dio la charla en la tercera edición de Proyectar Córdoba, el evento que reúne a toda la cadena de la construcción, organizado por la Cámara Empresarial de Desarrollistas Urbanos de Córdoba (Ceduc), con la comercialización de Deycé y con la participación de La Voz como media partner. El evento desplegado en el Centro de Convenciones Córdoba continuará este miércoles.
Tras recordar que es amigo personal del presidente Javier Milei desde hace 25 años pero no su asesor, señaló la debilidad política que tiene el Gobierno libertario tanto a nivel parlamentario como de apoyo político en las provincias.
“Gobernador de Córdoba, bájame los impuestos, mándame la guita. En dos minutos se terminó la conversación”, ironizó De Pablo al recrear cómo sería una charla entre el presidente Javier Milei y Martín Llaryora. “Este Gobierno no tiene mayorías parlamentarias ni identificación con los gobernadores. Hay que reconocer esos límites de poder”, señaló.
En el proceso del proceso electoral, De Pablo sostuvo que “la política económica no está en discusión” y que Milei está decidido a sostener el ancla fiscal hasta el final de su mandato. “Es como estudiamos en la facultad: si hay equilibrio fiscal, funciona”, sentenció.
Pero admitió que los datos fiscales de mayo fueron “pésimos”, con una fuerte caída de ingresos, lo que puede postergar algunas reducciones impositivas que se habían prometido o aumento del gasto como los haberes jubilatorios.
Ante la consulta sobre si las empresas pueden sobrevivir sin inflación, De Pablo respondió: “Hay de todo”. Y volvió a poner el foco en la disciplina fiscal. “Caputo dice: arreglá conmigo porque este es diez veces más jodido que yo”, deslizó con tono entre académico y humorístico.
Sobre el mercado inmobiliario, se mostró partidario de créditos indexados en lugar de dolarizados. “A diez años puede pasar cualquier cosa. Ojalá todo vaya más rápido. Vamos a ver”, dijo con cautela.
Reflexionó, entonces, sobre los famosos “dólares del colchón”. “Es una expresión geográfica”, subrayó. “La clave es si son blancos o no. Si pagaste impuestos y te quedaron, esos dólares están en blanco. ¿Y qué apuro tiene un señor que hasta ahora los guardó?”.
También se refirió a la deuda externa: “Nadie puede pretender que con esfuerzo local se pague. Roguemos que cuando llegue el momento de pagar intereses estén dadas las condiciones para rollear”.
Asimismo, incluyó referencias internacionales. De Pablo mencionó el conflicto en Ucrania y lanzó una advertencia sobre Donald Trump: “Es un peligro. La toma de decisiones arancelarias también lo es. Y parecería que nadie lo puede frenar”.
