Gary Oldman es Jackson Lamb, el protagonista de una serie impagable, titulada Slow Horses, que discurre en la Casa de la Ciénaga, un purgatorio administrativo para los espías rechazados por el MI5. Llevan cinco temporadas, a cual mejor. Lamb, el jefe de este recinto de fracasados, le dice a uno de ellos, que se excusa por no haber cumplido con su misión: “Claro que no querías matarlo; si hubieras querido matarlo, todavía seguiría vivo”. Como ayer emitieron el capítulo final de la última temporada, pensé que metafóricamente algo así se podría decir a Carles Puigdemont, pues pretendía acabar con Pedro Sánchez, pero está más vivo que nunca.
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