¿Es posible criar cabras Boer en la región? Martín Velázquez Maliqueo, de la comunidad Huincul Newen en el paraje Portezuelo Chico, al límite con el departamento Zapala, cree que sí y llevó por primera vez su proyecto a la Feria Integral de la Producción en Zapala.
Con un stand, folletos y el apoyo de su familia, buscó difundir las ventajas de la raza Boer, una cabra de origen sudafricano ideal para la producción de carne. Además, ofreció una degustación gratuita de empanadas de chivo Boer, “para mostrar que se puede disfrutar y comercializar, porque en la ciudad no salimos del pollo y la vaca, pero hay otras opciones que impulsan la economía”, afirmó en diálogo con +P.
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Un camino hacia la innovación ganadera
“Introducir la raza Boer es algo nuevo y revolucionario para el campesino”, asegura Martín. Su experiencia comenzó en 2018, cruzando chivos criollos de pelo grueso, típicos de la región, con la raza Anglo Nubian. “Seleccionamos madres con buen porte, altura y peso. En 2020 empezamos a incorporar la cruza Boer y, para 2024, ya formamos un rebaño más puro”, explica.
Ahora, su foco está en producir reproductores Boer para que otros criadores sigan el mismo proceso. “No se trata de meter un castrón Boer en un rebaño criollo de golpe; hay que clasificar y preparar las categorías”, detalla.
Los resultados han sido prometedores. “En 2023 vendimos 10 reproductores a productores de la zona centro. En 2024, ellos obtuvieron crías y quedaron muy conformes. Es una raza carnicera que da entre 3,5 y 5 kilos por animal”, cuenta Martín, destacando su potencial económico.
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Ventajas de la raza
El Boer se distingue por su rápido crecimiento: “A los 45-60 días, un chivito pesa entre 14 y 15 kilos vivos. Hoy, por cuestiones económicas, la gente pregunta cuánto pesa antes de comprar para las fiestas. No es lo mismo un chivo de 4-5 kilos que uno de 9-10”, señala. Además, asegura que es “más comercial para mejorar el criollo” y se adapta bien al clima frío de la región. “Originada en Sudáfrica como animal rústico, acá funciona tanto en campo abierto como en chacras o corrales”, agrega.
El interés por esta raza crece en Neuquén. “Ya hay varios productores interesados, por eso trajimos animales a la feria para mostrarlos”, dice Martín. Su establecimiento, inscrito en el registro de sanidad del SENASA, cuenta con el aval sanitario necesario, un respaldo clave para su proyecto.
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El desafío de la barrera sanitaria
A pesar del entusiasmo, Martín señala un obstáculo: la barrera sanitaria. “Con su apertura, podríamos debatir más en el interior. Se escucha mucho a los grandes estancieros, pero los pequeños productores tenemos mucho para aportar”, reflexiona. Actualmente, las restricciones limitan el ingreso de animales de otras provincias, obligando a recurrir a inseminación con embriones para desarrollar la raza.
“Somos muchos pequeños productores en Neuquén y deberíamos ser considerados”, sentencia.
Con su apuesta por el Boer, Martín no solo busca diversificar la ganadería local, sino demostrar que esta raza puede ser una oportunidad económica y sostenible para la región.