Alcaraz empezó su trayecto en el US Open con una eficiente victoria sobre el estadounidense Reilly Opelka, por 6-4, 7-5 y 6-4. Fue un partido sin mucha historia a nivel tenístico, pero que dio mucho de qué hablar estilísticamente, gracias a la sorprendente transformación de imagen del murciano, que salió a la cancha vestido de color burdeos, desde las zapatillas hasta la camiseta sin mangas y… con el pelo rapado. “Es muy distinto, ¿verdad?”, decía. Luego explicó que le pidió a su hermano que le cortara un poco el pelo y este se equivocó con la máquina. “La única manera de arreglarlo era rapándomelo”.
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