Dejalo fluir y ya se verá

Si pudieras, ¿te acostarías con todos los hombres y con todas las mujeres (según el sexo que te atraiga)? Si bien la picaresca diría que sí, yo tengo dudas. No somos robots, necesitamos empatía. De hecho nunca fue tan fácil tener relaciones como ahora -al menos en Argentina, al menos en Occidente- y justamente lo que se observa es una caída del deseo y una menor frecuencia. Quizás Japón sea el caso extremo. Una encuesta de JEX, empresa de productos de salud y preservativos, indicó que más del 60 % de las personas entre 18 y 64 años “dice estar en una situación de «sexo sin frecuencia», definida como tener relaciones sexuales menos de una vez al mes”.

En este marco no me parece impensable una relación amistosa hombre-mujer. Quizás sería diferente si estuviéramos en una sociedad donde ellas y ellos viven separados, van a escuelas ídem y casi no se ven antes de casarse. En ese universo es difícil sino imposible un guiño pero si se diera, entiendo que derive en sexo. La cercanía es un milagro que no se puede dejar pasar (si la sociedad lo permite).

De todas formas, aún si en algún momento se da la atracción y el deseo, no me parece que invalide una relación de amistad. Hoy somos amigos, mañana quién sabe. Conozco un par de parejas que empezó de esa manera y luego una cosa llevó a la otra. Todo a su tiempo, puede derivar o no, lo que no le quita potencia al vínculo mientras dure.

Es interesante ver qué sucede en el universo adolescente. Desde hace unos ¿diez? años parece que la bisexualidad, quizás más en las mujeres, está a la orden del día. Y está mal dicho, creo, bisexualidad. Se sienten fluir. Una amiga se convierte en pareja o en amiga con derechos y tiempo después cualquiera de las dos se pone de novia con un muchacho. Y así siguen los rompecabezas. ¿Cómo se llamarían esas relaciones donde la amistad no está ajena al sexo? Ni idea, sólo sé que hay que vivir lo que se siente y luego pensarlo. El orden de los factores aquí sí altera el producto.