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martes, abril 1, 2025

«Dejé de ser yo»: la desesperación de un padre que no ve a sus hijas hace siete años

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Sebastián Escalada (54) dice que su vida se apagó y que ahora vive para su lucha personal. Comerciante, es de Cipolletti y reside en Buenos Aires, desde donde decidió hacer público que le robaron a sus hijas y que no las ve desde 2017. Usa la palabra robo para graficar lo que hizo su ex mujer estadounidense, Sarah Marie Gross, quien en septiembre de ese año se llevó a Texas (Estados Unidos) a Sofía y a Emma cuando tenían 7 y 6 años. Hoy tienen 14 y 13.

Escalada vivió en Estados Unidos durante 19 años y allí se casó dos veces. Su segundo matrimonio, con Sarah Gross, fue en 2012, después de tener a Sofía y a Emma, que nacieron en 2010 y 2011. «El calvario de todo esto empezó un día después de mi segunda boda, cuando el gobierno de Estados Unidos me informó que desconocía la veracidad de mi primer matrimonio. Algo inentendible porque yo me había casado y divorciado legalmente, con papeles. La razón que me dieron fue que yo había fallado a la hora de demostrar la veracidad de mi primer matrimonio».

En una carta recibida por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, siglas en inglés), le avisaban a Escalada que le rescindían la visa y que debía abandonar el país en 90 días. «Se trató de una deportación arbitraria. No debían hacerlo, pero lo hicieron de prepo. Yo era el único sustento económico de mi familia, y ante esta injusticia, tomamos la difícil decisión de mudarnos todos juntos a la Argentina, forzados por las injerencias arbitrarias cometidas por el gobierno de Estados Unidos».

En 2015 la familia se instaló en Bariloche y reanudó su vida creando una nueva normalidad. Sin embargo, Escalada y Gross se separaron en 2016 y de común acuerdo pactaron una custodia compartida «mitad y mitad». Todo parecía sobre rieles hasta que en 2017 Gross le pidió autorización para viajar a Estados Unidos con las hijas «para despedirse del abuelo que se estaba muriendo».

Escalada rechazó la solicitud de su ex mujer. «Tenía la intuición de que podía ocurrir lo que finalmente ocurrió. En discusiones previas ella me había manifestado que se quería ir de Argentina para no volver más», le dice el padre a Clarín.

Sofía y Emma, hijas de Sebastián Escalante, publicaron en sus redes sociales un pedido de ayuda para ver a su padre.
Sofía y Emma, hijas de Sebastián Escalante, publicaron en sus redes sociales un pedido de ayuda para ver a su padre.

En algún momento de 2017, Gross -ya separada- viajó de Bariloche a Buenos Aires y se entrevistó con un asesor de la Embajada de Estados Unidos. «Como ella es norteamericana, tiene a disposición un servicio de atención especial para los ciudadanos. A partir de esa situación, todo cambió y una jueza de Río Negro, Marcela Pájaro, fue quien autorizó el viaje de mis hijas, bajo el argumento de que sería sólo 90 días. Yo me opuse, porque sabía que existía el riesgo de que no regresaran».

Afirma Escalada que «es un caso claro de negligencia judicial que facilitó la retención ilegal de mis hijas en Estados Unidos y destruyó nuestra vida familiar. La jueza Pájaro desoyó mi advertencia y permitió el viaje, violando mi derecho de custodia. Como lo predije, mis hijas nunca volvieron. A pesar de que otro juez ordenó su restitución a la Argentina en 2018, esa orden nunca fue cumplida».

Sebastián Escalada en el tiempo que vivió con sus hijas, Sofía y Emma, en Bariloche.Sebastián Escalada en el tiempo que vivió con sus hijas, Sofía y Emma, en Bariloche.

No encuentra explicaciones de por qué Gross actúa de esa manera. «Nos separamos porque sentí que me había dejado de querer, ella ya no tenía ganas de ser parte de la familia. La peleé durante un año hasta que un día me quedó claro que esto así no iba más. Cuando le dije ‘hasta aquí llegué’ ella me respondió ‘A mí no me deja nadie’. Me sorprendió y sólo atiné a decir ‘bienvenida al club’. En ese año que estuvimos divorciados en Bariloche, el vínculo con la custodia compartida dentro de todo fluyó, las nenas estaban bien, contentas cursando primero y segundo grado».

Desde entonces Escalada movió cielo y tierra para recuperar a sus hijas. «Mi vida cambió radicalmente desde que me separaron de ellas. Antes tenía proyectos, trabajo, sueños… Hoy mi única lucha es recuperarlas y hacer justicia. A eso dedico toda mi energía».

Realizó la primera denuncia cuando pasaron los 90 días autorizados, pero no hubo indicios de que volvieran. «Dispongo de mi recurso de amparo como dice la Justicia argentina y exijo que se reconozca la violación de mis derechos y que se tomen medidas urgentes para lograr la reunificación familiar. Hasta ahora, la Justicia argentina no ha dado una respuesta efectiva y la Cancillería sigue sin actuar«.

Sin más adonde recurrir, Sebastián Escalada decidió hacer la denuncia pública Sin más adonde recurrir, Sebastián Escalada decidió hacer la denuncia pública «porque el Estado me abandonó».

Apunta contra Santiago Cafiero, ex ministro de Relaciones Exteriores. «Él tuvo en sus manos la posibilidad de intervenir y exigir la restitución de mis hijas. Le envié innumerables cartas y pedidos formales para que Argentina hiciera gestiones diplomáticas. Su respuesta fue el silencio. La Cancillería ignoró su obligación de proteger a dos ciudadanas menores argentinas. Priorizaron las relaciones con Estados Unidos antes que los derechos de Sofía y Emma. El Estado Argentino fue cómplice por omisión, porque no hizo nada para defender a mis hijas, a pesar de las claras violaciones al Convenio de La Haya y la Convención sobre los Derechos del Niño», enumera expresando su enojo.

Sin acceso a una visa, fue a la Embajada de Estados Unidos suplicando «un permiso para realizar una visita de carácter humanitario, pero me ignoraron. Yo haría lo que fuera por verlas, pero no puedo entrar a los Estados Unidos y mi ex esposa no quiere sacarlas de su país. Le imploré para encontrarme con ellas en Canadá o México, países a los que yo sí podría viajar, pero no hubo caso».

La carta que Emma, la hija de Escalada, le escribió al presidente Milei suplicándole que haga algo para volver a ver a su padre.La carta que Emma, la hija de Escalada, le escribió al presidente Milei suplicándole que haga algo para volver a ver a su padre.

Acorralado, sin saber a quién más recurrir, decidió plotear su auto y exhibir su padecimiento en la vía pública. «Es una denuncia pública, pero no deja de ser un recordatorio de que la Justicia y la Cancillería han sido indiferentes a esta tragedia. Es mi forma de decirle a la gente que, si esto me pasó a mí, le puede pasar a cualquiera. ¿Si me incomoda circular así por la calle? No, para nada. Este caso no es sólo mi historia personal, es un reflejo de lo que les sucede a miles de padres y madres en el mundo».

Con orgullo dice que Emma, su hija, lo sorprendió cuando le mandó una carta al presidente Milei suplicándole para que la ayudara para volver a ver a su padre. «Por favor, ayúdenos a encontrar una solución. Esta separación nos causa mucho dolor y afecta profundamente nuestra vida diaria emocional. Agradecemos profundamente su tiempo, atención y cualquier ayuda que pueda brindarnos», dice un fragmento. La carta está fechada el 2 de julio de 2024 y la firma Emma Escalada, desde su casa de Cordell Street, en Denton, Texas.

Sebastián Escalada y Sarah Gross, cuando nada hacía presagiar lo que sucedería.Sebastián Escalada y Sarah Gross, cuando nada hacía presagiar lo que sucedería.

No se resigna Escalada a esperar a que sus hijas tengan 18 años y puedan tener la independencia de manejarse solas. «A pesar de tantos obstáculos, no pierdo las esperanzas, si no dejaría de luchar. Hoy confío en el juez Santiago Carrillo, que está con la causa y es quien debe decidir el futuro de mi familia. No hay excusas legales ni morales para seguir permitiendo esta injusticia. Cada día que pasa es un día más de sufrimiento para Sofía y Emma, y para mí… Mis hijas han crecido privadas del derecho fundamental de estar con su padre».

Después de años luchando solo, está convencido de que «la sociedad tiene que saber que hay un fallo pendiente, una causa abandonada y que no hay justificación para seguir destruyendo la vida de dos niñas. La Justicia debe actuar ahora mismo. Lo único que quiero es que esta historia se escuche, trascienda».

AS

Redacción

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