El jueves, en el Salón Azul de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), se realizó el Symposium “Límites del discurso democrático”, una jornada internacional de reflexión y debate sobre los desafíos que enfrentan las democracias contemporáneas frente al negacionismo y los discursos de odio. Contó con la participación de los embajadores de la República Federal de Alemania, la República Francesa y Canadá, cuyas sedes coorganizaron el encuentro en reafirmación del compromiso común con la promoción de los valores democráticos, los Derechos Humanos y el respeto por la diversidad de voces en el espacio público.
En primer lugar, el embajador alemán, Dieter Lamlé, explicó que «la lucha jurídica contra el negacionismo tiene raíces profundas». «Nos referimos a la negación, minimización o justificación de crímenes de lesa humanidad, genocidios o dictaduras», señaló. Y definió: «Son actos que buscan borrar la memoria de las víctimas y distorsionar la verdad histórica».
Posteriormente, el embajador francés, Romain Nadal, recordó que «la libertad de expresión es una condición necesaria para la democracia, pero no puede utilizarse como excusa para el odio y la desinformación». En tanto, su homólogo canadiense, Stewart Wheeler, destacó que el simposio «no podía ser más oportuno porque en todo el mundo hay una creciente polarización de sociedad, una erosión de la confianza en las instituciones democráticas y propagación de desinformación y de discursos de odio».
Negacionismo
Tras las palabras de presentación, se desarrolló un panel sobre el negacionismo bajo el título «La ley como guardiana de la memoria, un enfoque comparativo». Con la moderación de la profesora Valeria Thus, expusieron Gilles J. Guglielmi (Francia), Rainer Huhle (Alemania) y Gisela Marziotta, quienes analizaron experiencias normativas europeas y latinoamericanas en torno a la criminalización del negacionismo y la preservación de la memoria histórica como deber de los Estados democráticos.
Luego, se abordó la cuestión de los discursos de odio en el panel “¿Hasta dónde se puede hablar libremente?”, con participación de Richard Moon (Canadá), Marcelo Ferreira y Mariela Belski, bajo la moderación del profesor Daniel Obligado. Los expertos debatieron los límites jurídicos y éticos de la libertad de expresión ante la proliferación de mensajes de odio, tanto en medios tradicionales como en plataformas digitales, y se reflexionó sobre el rol del Derecho y la educación en la prevención de la violencia simbólica.
Esperanza y resistencia
A cargo del cierre de la jornada, el arquitecto Adolfo Pérez Esquivel ofreció una intervención moderada por el profesor Alejandro W. Slokar. El Premio Nobel de la Paz 1980 destacó la necesidad de promover una cultura democrática basada en la memoria, el respeto y la defensa activa de los Derechos Humanos, y recordó que la libertad de expresión debe ejercerse en un marco de responsabilidad colectiva.
«Luther King decía que, si mañana se termina el mundo, hoy voy a plantar mi manzano. No se olviden de que eso es la fuerza de la esperanza y de la resistencia», convocó Pérez Esquivel. Y cerró: «La palabra es energía. Con una palabra podemos amar, pero con una palabra, que puede ser tan fatal como un arma, también podemos destruir«.





