Un equipo de paleontólogos argentinos e internacionales descubrió en Chubut los restos de una nueva especie de dinosaurio carnívoro que presentó una característica extraordinaria: conservaba entre sus mandíbulas el húmero de un cocodrilo.
El hallazgo, que acaba de ser publicado en la prestigiosa revista Nature Communications, aporta evidencia directa sobre los hábitos alimentarios de estos antiguos depredadores gigantes.
Bautizado como Joaquinraptor casali, fue encontrado en la Formación Lago Colhué Huapi del Cretácico Superior, en el centro sur de la provincia de Chubut, específicamente en la Estancia Puesto El Colorado. Los científicos estiman que este gigantesco carnívoro habitó la región entre 70 y 66 millones de años atrás.
Un depredador de dimensiones colosales
Las investigaciones anatómicas revelaron que el Joaquinraptor casali alcanzaba poco más de siete metros de longitud y pesaba aproximadamente una tonelada. El análisis de sus restos indica que el ejemplar encontrado tenía alrededor de 19 años de edad al momento de su muerte.
Este dinosaurio pertenece a la familia de los megarraptóridos, un grupo conocido por poseer enormes garras en sus extremidades superiores. Los especialistas consideran que habría sido uno de los máximos depredadores de su ecosistema.
Durante millones de años, el ejemplar mantuvo oculto entre sus fauces un secreto paleontológico fascinante. Los investigadores confirmaron que «es el único hueso que no pertenece a Joaquinraptor, sino que se trata de un cocodrilo contemporáneo de este terópodo».
Este descubrimiento representa «un indicio de las posibles fuentes de alimento de los megarraptóridos en general y de este animal en particular», según explicaron los científicos en su publicación.
El descubrimiento en Chubut
La historia del hallazgo comenzó en febrero de 2019, cuando el equipo se dirigió a explorar una zona poco estudiada. Bruno Alvarez, con su ojo entrenado, detectó una tonalidad diferente en un sector de la formación rocosa del Colhué Huapi.
Nuevo dinosaurio carnívoro en Chbuut – el lugar
El lugar en el que trabajó el equipo de paleontólogos del CENPAT-Conicet y la UNPSJB junto a científicos extranjeros.
«Nos acercamos con pinceles y comenzamos a retirar parte de los sedimentos. En ese momento, estábamos finalizando el trabajo de campo así que solamente marcamos el terreno y esperamos hasta la siguiente campaña», relató el especialista.
Dos meses después, el equipo regresó con un objetivo claro: abrir la excavación y determinar a qué animal pertenecían los restos óseos. «A medida que avanzamos en la excavación fuimos encontrando más. Ahí nos dimos cuenta de que estábamos ante un hallazgo importante», recordó Alvarez.
Marcelo Luna, técnico con 38 años de trayectoria en el Laboratorio de Paleovertebrados «Dr. Eduardo Musacchio» de la UNPSJB, participó activamente en la extracción. Luna había sido parte del equipo que en 1997 descubrió el cráneo del dinosaurio patagónico Sarmientosaurus musacchio, en un hallazgo reconocido mundialmente.
Excavación y traslado de piezas gigantes
El trabajo de excavación, ahora, se extendía desde el amanecer hasta avanzadas horas de la noche. Preocupados por el tamaño y fragilidad de los restos fósiles que debían trasladar hacia Comodoro Rivadavia, los investigadores que integraban el grupo utilizaron diversas herramientas especializadas para preservar los huesos del animal prehistórico.
Los restos del dinosaurio fueron recubiertos con yeso y vendas de arpillera mientras permanecían en el campo. «Algunos materiales eran realmente pesados y voluminosos», llegando a medir aproximadamente 1,20 metro por 60 centímetros y 70 centímetros de espesor.
Nuevo dinosaurio en Chubut – restos
Los restos de la nueva especie de dinosaurio, de gran tamaño, fueron recubiertos con yeso para su protección, y trasladados a Comodoro Rivadavia, donde fueron acopiados en los depósitos del Museo del Petróleo.
El equipo tuvo que depositarlos en los galpones del Museo Nacional del Petróleo en Comodoro para resguardarlos antes de retirarles la capa protectora de yeso que le habían colocado en el lugar del hallazgo..
Equipo multidisciplinario
La investigación fue liderada por Lucio Ibiricu del CENPAT-CONICET y Matt Lamanna del Museo Carnegie. El equipo incluyó también a Bruno N. Alvarez y Marcelo Luna del Laboratorio de Paleontología de Vertebrados «Dr. Rubén Martínez» de la UNPSJB, Ignacio A. Cerda de la Universidad Nacional de Río Negro-CONICET, Julieta L. Caglianone y Noelia V. Cardozo del IIDEPyS-GSJ-CONICET.
En las tareas de extracción participaron además Edmundo Ivany, Francisco Oporto de la UNPSJB, Linsly Church, Kara Fikse y Derek Fikse.
El trabajo fue dedicado al doctor Rubén Darío Martínez (1956-2024), quien falleció durante el proceso de investigación. El nombre del dinosaurio Joaquinraptor casali y la denominación informal del área de hallazgo, ahora conocida como «Valle Joaquín», honran al hijo del primer autor del trabajo.
La denominación casali, en tanto, constituye un reconocimiento al doctor Gabriel Casal, actual director del Laboratorio de Paleontología de Vertebrados.