América Latina ha sido un punto clave para el descubrimiento de fósiles que han cambiado la historia de los dinosaurios. En los últimos años, los investigadores han hallado restos sorprendentes en distintas regiones, desde fósiles casi intactos en ciudades sudamericanas hasta huesos que revelan la evolución de especies gigantes en la Patagonia. Cada uno de estos descubrimientos nos acerca más a comprender la vida prehistórica en el continente.
Un fósil sorprendente en el corazón de América Latina

Uno de los hallazgos más relevantes de los últimos años ocurrió en Chubut, Argentina, donde un grupo de paleontólogos del CONICET desenterró el cráneo más completo de un eusaurópodo del Jurásico temprano. Este fósil, perteneciente a Bagualia alba, es una pieza clave en la historia de los dinosaurios gigantes.
Este saurópodo habitó la región hace 179 millones de años y se diferencia de sus ancestros por su mandíbula en forma de “U” y dientes anchos recubiertos por un esmalte grueso, adaptados para consumir plantas resistentes. Este cambio en la dieta marcó el inicio de la evolución de los grandes dinosaurios herbívoros, permitiéndoles acceder a recursos que otros no podían consumir.
El descubrimiento fue realizado en la localidad de Cañadón Bagual, cerca del Cerro Cóndor, y aporta información valiosa sobre la transición de los primeros saurópodos a sus descendientes de mayor tamaño. Con 12 metros de longitud y 10 toneladas de peso, Bagualia alba representa una de las primeras especies de dinosaurios gigantes del hemisferio sur.
Patagonia: Un laboratorio natural de la prehistoria

Más al sur, la Patagonia argentina sigue sorprendiendo a la ciencia con fósiles que amplían nuestro conocimiento sobre los dinosaurios. En la provincia de Río Negro, un equipo de investigadores descubrió los restos de Bonapartenykus ultimus, un pequeño terópodo del Cretácico tardío que vivió hace 70 millones de años.
Este dinosaurio, cuyo nombre significa “Última garra de Bonaparte”, fue identificado en 2012 gracias al análisis de 70 fósiles hallados en la Formación Allen. Su estructura ósea reveló que era un animal ágil y veloz, lo que le permitía sobrevivir en su ecosistema.
Según el paleontólogo Jorge Meso, quien lideró la investigación, este hallazgo refuerza la hipótesis de que los alvarezsáuridos estaban adaptados para correr, una característica clave para su supervivencia en los últimos millones de años del Cretácico.
Un legado fósil que trasciende fronteras
Estos descubrimientos no solo han cambiado la forma en que entendemos la evolución de los dinosaurios en América Latina, sino que también posicionan a la región como un referente mundial en paleontología. Desde el Jurásico temprano en Chubut hasta el Cretácico tardío en Río Negro, cada fósil aporta pistas sobre la diversidad y adaptación de estas especies a lo largo de millones de años.
Los estudios continúan, y con cada nuevo hallazgo, América Latina sigue consolidándose como un territorio clave para entender la vida prehistórica y la evolución de los dinosaurios en el hemisferio sur.