Días atrás, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció el sorpresivo cierre de la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y de la Secretaría de Industria y Comercio. Este ajuste en el equipo económico generó la preocupación y el rechazo del sector empresarial, en un contexto en que las PyMEs registran cifras negativas de actividad y ventas.
Uno de los primeros en alzar la voz fue el presidente de Industriales PyMEs Argentinos (IPA), Daniel Rosato, que se mostró sorprendido y preocupado con este ajuste: “La decisión política de cerrar la Secretaría PYME es un paso hacia un mayor estancamiento del aparato productivo nacional PYME”.
Además, alertó que “esta medida podría significar la desaparición de miles de PyMEs que requieren una asistencia que nunca tendrán”. “Pedimos al Gobierno nacional revertir esta decisión para potenciar el apoyo, en un momento de crisis productiva que afecta a todas las PyMEs del territorio nacional”, reclamó, sobre la delicada coyuntura.
Otras voces
IPA no fue la única entidad que mostró su malestar con la disolución de las secretarías. Desde la Junta Directiva de la Unión Industrial Argentina (UIA) manifestaron su preocupación por el entramado productivo y afirmaron: “Hay una necesidad urgente de financiamiento para sostener el capital de trabajo”, afirmaron.
Y, hace unos días, el titular de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME), Julián Moreno, había denunciado en Radio Universidad la importante crisis que atraviesan las PyMEs: “Nos afecta la caída del mercado interno, con la baja del poder adquisitivo, ya que hay una parte importante del salario que se la lleva el pago de los servicios básicos”.