Este tipo de experiencia se ha vuelto popular recientemente, subrayó el también presidente del Buró de Convenciones de la nación, quien amplió que genera incluso congestionamiento de visitantes subiendo y bajando de las rutas, algo impensable hace 10 años.
“El espectáculo de ver un volcán activo ha captado mucho interés, especialmente a través de videos virales en Instagram y otras plataformas, lo cual provocando la reacción del público: “¿Dónde es eso?”, remarcó el ejecutivo.
Pese a que el igualmente expresidente de la Cámara de Turismo lo catalogó como una oportunidad única, señaló las limitaciones de acceso, servicios y logística, las cuales pueden revertirse con políticas públicas y convertir los destinos en un productos estrellas.
Los ascensos relacionados con los volcanes de Fuego y Acatenango, de acuerdo con analistas, atraen mayormente la atención aquí, mientras llamaron a este último el mayor “influencer” de este territorio centroamericano.
Díaz propuso como acciones a corto y mediano plazo para seguir desarrollando este segmento: mejorar la logística y acceso a destinos, así como implementar productos estrella.
Sumó modernizar la Ley Orgánica del Instituto Guatemalteco de Turismo, involucrar al sector privado en decisiones de política y establecer alianzas con comunidades locales.
Autoridades del rubro miran con optimismo el presente año, tras el crecimiento del 15 por ciento experimentado en 2024 y sobre tres millones de visitantes no residentes.
Hay nichos tradicionales como Antigua Guatemala, departamento de Sacatepéquez, algunos en esta capital, luego Petén y Sololá, aseveraron especialistas.
El pasado marzo el legendario montañista Jaime Viñals colocó en el radar el tema, al establecer un nuevo récord Guinness con el ascenso más rápido a los 14 volcanes más altos de la nación, sobre los tres mil metros.
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