En tiempos donde la tecnología parece reservada para gadgets carísimos y complejos, encontrar un juguete como el Devilfish RC es toparse con un pequeño tesoro acuático. Por solo 30 euros, este dron sumergible demuestra que no hace falta vaciar la cartera para vivir momentos llenos de diversión y curiosidad. ¿Que no se sumerge 100 metros como los submarinos espía? Cierto. Pero con 3 metros de inmersión real y transmisión en vivo desde el agua, lo que sí te asegurará son risas, asombro y muchas ganas de ver “qué hay ahí abajo”, ya sea en la piscina de casa o entre las piedras del río. La tecnología, cuando se combina con un precio accesible, tiene un poder mágico.
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