Como cada 20 de octubre, se conmemora el Día del y la Pediatra, fecha establecida durante el Congreso Mundial de Pediatría de 1973 en homenaje a la fundación de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), creada hace más de un siglo el 20 de octubre de 1911.
Si bien nació con 53 miembros, actualmente la SAP cuenta con más de 15.000 socios en todo el territorio y se estableció como una de las instituciones científicas pioneras del país que, además, está ubicada entre las primeras a nivel mundial.
En manos de profesionales de todo el territorio está la prevención de la salud en la etapa de crecimiento y desarrollo pero, también, el diagnóstico y el tratamiento de patologías graves. Al día de hoy, en la Argentina existen más de 18.000 pediatras en actividad que atienden a pacientes desde sus primeras horas de vida hasta el fin de su adolescencia, a los 18 años.
En el marco de esta fecha, desde la SAP destacaron su labor fundamental a la hora de formar nuevos pediatras mediante la organización de actividades, concursos de especialización y congresos de posgrado, la divulgación de estudios científicos de todo el mundo y el apoyo al desarrollo de jóvenes profesionales a través de becas de investigación y perfeccionamiento.
En esta especialidad médica se distinguen cinco períodos de crecimiento: recién nacido (hasta la cuarta semana de vida); lactante (desde el primer mes hasta los doce meses de vida); preescolar (de uno a seis años); escolar (desde los seis hasta los doce años); y adolescente (desde los doce hasta los 18).


Día del y la Pediatra: una profesión con mirada de salud integral
«Comencé mi formación en la universidad y en el hospital público, en el Hospital Paroissien de Isidro Casanova. Desde hace más de 30 años, aprendí y sumé experiencias como médica pediatra, acompañando el crecimiento y el desarrollo de muchas niñeces, orientando y aconsejando sobre pautas de crianzas saludables e implementando la ESI en cada consulta», destacó Valeria Boneto, pediatra y delegada gremial, en comunicación con El1.
A la hora de abordar la profesión, Boneto consideró fundamental contar con una mirada de salud integral y conocer el contexto social de las niñeces y adolescencias, con el fin de detectar vulnerabilidades y con la intención de garantizar sus derechos, siempre en el marco de la corresponsabilidad.

El acceso a los derechos de niñeces y adolescencias
Por otra parte, la pediatra recordó que Argentina cuenta con un marco legal amplio que hace referencia a la protección de los derechos de niñeces y adolescencias, pero su acceso es «desigual e inequitativo». Asimismo, aseguró que las prestaciones son «nulas y escasas» en el sistema de salud público y que, además, hay «pocos pediatras para cubrir las guardias en los diferentes efectores».
«Los bajos salarios, la precarización laboral y las malas condiciones de trabajo conllevan a que el recurso humano sea insuficiente. Como pediatra, esta situación me genera preocupación y muchas veces frustración, ya que no podemos garantizar el derecho a la salud. Es duro no poder darles una respuesta a las familias», manifestó.
Por último, consideró imprescindible contar con una red integral de cuidados de las niñeces y adolescencias. «Tiene que estar conformada por hospitales, centros de salud, organismos de promoción y protección de derechos, escuelas, organizaciones barriales, clubes y el sistema judicial que garanticen los derechos fundamentales de las niñeces, una vida plena y sin violencias. Es necesaria una decisión municipal, provincial y nacional, con un presupuesto acorde para que esto sea posible», cerró.
La actualidad de la pediatría pública
En este contexto, José Berrios, médico pediatra que se desempeña en la guardia del Hospital Simplemente Evita de González Catán, reconoció que la actualidad de la medicina pediátrica es «muy dura». «Genera mucho estrés, especialmente porque se trata con la niñez, una etapa tan frágil, mientras que el Gobierno nacional pone en jaque la salud pública y precariza las residencias. Pero tanto el gobierno provincial como el municipal siguen dando lucha para garantizar la salud de las infancias», aseguró.
En tanto, recordó sus inicios con la pediatría, una especialidad por la que comenzó a interesarse en sus experiencia como médico rural. «El 70 por ciento de las consultas eran controles de niños y enfermedades de la infancia. Así es como me vi motivado a realizar el posgrado y las residencias de pediatría, seguidos por cursos superiores. Empecé a trabajar en la Unidad Sanitaria Laferrere y, en 2019, en el Simplemente Evita como médico de guardia pediátrica. Ha sido una experiencia muy enriquecedora: no hay nada mas lindo que la sonrisa de un niño, vale mas que un agradecimiento», compartió.