En los últimos años, América Latina ha intensificado sus esfuerzos para reducir las emisiones contaminantes del aire y avanzar hacia una agenda común que combine salud pública, sostenibilidad y desarrollo económico. La región, que alberga grandes urbes como Ciudad de México, São Paulo, Bogotá o Buenos Aires, enfrenta importantes desafíos derivados del tráfico vehicular, la quema de combustibles fósiles, la deforestación y ciertas prácticas industriales y agrícolas.
La salud está en el centro de estas iniciativas. Como quedó ayer patente en la celebración del Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul, la contaminación atmosférica provoca en la región cientos de miles de muertes prematuras cada año, además de enfermedades respiratorias, cardiovasculares y complicaciones en poblaciones vulnerables como niños y adultos mayores.
Aire contaminado: un problema de dimensión universal
Sin importar el lugar o país en que vivamos, todos estamos expuestos a los tubos de escape, el humo de las fábricas, el humo de los incendios forestales u otras fuentes de contaminación del aire. En el Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul, celebrado ayer y cada 7 de septiembre, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) destacó las debilitantes y a menudo letales consecuencias de la contaminación del aire, que en 2021 provocó alrededor de 8,1 millones de muertes prematuras, según lo mostró su estudio sobre el tema publicado el año pasado.
Con tan elevado número, la contaminación del aire se convierte en la segunda causa de muerte a nivel mundial, incluso más que el tabaco. El problema es universal: el 99% de la población mundial vive en lugares donde no se cumplen las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre calidad del aire.
Es, además, una cuestión de justicia ambiental: el 89% de las muertes se produce en países de ingresos bajos y medios, donde las comunidades más vulnerables sufren la mayor exposición con la menor protección.
Buenos ejemplos para mejorar la calidad del aire
En esta jornada internacional, la ONU llamó a los gobiernos, las empresas y a la sociedad civil a unirse a la Carrera por el Aire Limpio, una invitación a participar activamente en la lucha contra la contaminación para que todos podamos respirar un aire sano. Precisamente con este objetivo, América Latina y el Caribe impulsa desde hace tiempo iniciativas colectivas con el apoyo del PNUMA y la colaboración de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Ese trabajo conjunto consiste en cooperación regional a través de una red sobre contaminación atmosférica, capacitaciones técnicas y seminarios sobre gestión de la calidad del aire y salud, y apoyo al desarrollo de legislaciones nacionales sobre calidad del aire. En este marco, los países de la región trabajan sus propios programas con avances notables.
México, por ejemplo, creó ProAire (Programas de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire), un conjunto de herramientas nacionales que establecen medidas y acciones a corto, mediano y largo plazo, para prevenir y revertir las tendencias del deterioro de la calidad del aire en una región determinada o entidad federativa.
En la Ciudad de México, considerada una de las más contaminadas del mundo en la década de 1990, se implementó desde 1989 el programa gubernamental “Hoy no circula” que, con base en los números de matrícula de los coches, limita el flujo vehicular uno de los cinco días laborables de la semana para mejorar la calidad del aire. Este año, el modelo se ha extendido a varios municipios y la capital del vecino Estado de México.
Las estrictas inspecciones de emisiones, otra medida de ProAire, mejoraron el cumplimiento y redujeron la corrupción. Los vehículos diésel están en proceso de ser eliminados. Además, las autoridades crearon hace casi medio siglo el índice de calidad del aire de la ciudad, un dato que se informa diariamente a la población.
La urbe también fomenta el uso del transporte público, una red que se continúa ampliando, y la utilización de la bicicleta con la construcción de ciclopistas. Estas medidas sostenidas, sumadas a una miríada más, han rendido frutos al reducir las emisiones, mejorar la movilidad y proteger la salud de la población.
Aunque los desafíos persisten, los datos recientes sobre la calidad del aire han bajado a la Ciudad de México de la cabeza del ranking de las capitales más contaminadas del mundo a un lugar medio, reflejando un progreso significativo gracias a la persistencia y actualización constante de las políticas ambientales.
Colombia, por su parte, ha implementado programas que dan relevancia a las actividades que vinculan el deporte con el cambio climático y las medidas anticontaminantes. Este año, más de 27.000 corredores participan en la Maratón de Medellín #CarreraXelAire, uniendo deporte y acción climática en el marco del Día Internacional del Aire Limpio. La Coalición Clima y Aire Limpio y el PNUMA acompañan este evento deportivo para resaltar los avances de Medellín en calidad del aire, hacer un llamado global a reducir la contaminación y enfrentar los contaminantes climáticos de vida corta.
Conocida hasta hace no mucho tiempo por sus altos niveles de esmog, Medellín ha logrado una transformación profunda gracias a inversiones en transporte público eléctrico, corredores verdes urbanos y regulaciones ambientales más estrictas, lo que ha permitido reducir la contaminación atmosférica en casi un 40% y bajar la temperatura de la ciudad en más de 2°C en apenas unos años.
En definitiva, América Latina está demostrando que es posible impulsar políticas ambientales que reduzcan emisiones, protejan la salud y, al mismo tiempo, promuevan un futuro más sostenible y equitativo con un aire más limpio. En juego está la salud de más de 150 millones de latinoamericanos respiran en sus ciudades aire contaminado. EFE / ECOticias.com