No es un invento de Hollywood ni una ocurrencia de conspiranoicos con antenitas de aluminio: cada 2 de julio se celebra el Día Internacional del OVNI. En muchas partes del mundo se organizan maratones de películas, observaciones colectivas del cielo y encuentros de gente convencida de que no estamos solos en el universo. Y si hablamos de lugares con historias para aportar al fenómeno, Salta tiene una carpeta bastante abultada.
Porque si bien los científicos siguen pidiendo “evidencia sólida”, en estas tierras lo que sobran son relatos, testigos y una convicción que va más allá de la ciencia. La historia ufológica salteña tiene un capítulo que todavía pone los pelos de punta: los famosos “enanitos verdes” de Cerrillos, allá por fines de los 70 y principios de los 80. No, no hablamos de la banda de rock mendocina, sino de una serie de apariciones de supuestos seres de baja estatura que salían entre los tabacales y asustaban a los vecinos. Las crónicas de la época hablan de gritos en la noche, perros que no querían salir y patrulleros recorriendo la zona sin saber bien qué buscaban.
Y es que Salta parece tener un imán para lo insólito. En la Puna, especialmente entre Cachi, La Poma, San Antonio de los Cobres y hasta en la misma Quebrada del Toro, no es raro que los pobladores hablen de “luces que bajan de los cerros” o de “ruidos que no son de este mundo”. En Campo Quijano, hace unos años, hubo reportes de objetos con forma de triángulo que flotaban en silencio total. Y en Rosario de Lerma, algunos aseguran haber visto esferas luminosas que cruzaban el cielo a una velocidad imposible para cualquier avión conocido.
Cómo no recordar, además, el llamado Caso Roswell argentino, que relata la caída de un supuesto OVNI en Joaquín V. González en 1995. El incidente ocurrió en la Serranía Colorada y generó gran atención mediática, así como especulaciones sobre si se trató de una nave extraterrestre, un meteorito o incluso un misil. A pesar de las versiones oficiales que apuntaron a explicaciones como fugas de gas o cortocircuitos, la mayoría de los habitantes de la zona creen que fue algo más.
También camino a Cafayate ocurrieron numerosos hechos que dejaron estupefactos a ocasionales testigos, como la presencia de objetos incandescentes que danzaban entre los cerros y se acercaban a ellos.
Además, existen teorías sobre la presencia de una ciudad alienígena bajo los Valles Calchaquíes. Estas y otras historias y relatos reafirman la creencia de que en Salta suceden cosas muy extrañas relacionadas con seres de otra galaxia.
Investigaciones
El término OVNI (Objeto Volador No Identificado) nació en los años 50 gracias a la Fuerza Aérea de EEUU, y se popularizó después del famoso “caso Roswell”. Desde entonces, el fenómeno creció hasta convertirse en tema de estudio (y de obsesión) para miles de personas. Incluso el propio Departamento de Defensa norteamericano creó programas con enormes presupuestos para investigar estos incidentes: uno de ellos es el AATIP, destinado a seguirle el rastro a aeronaves no identificadas que cruzan los cielos militares.
El caso Roswell, (UFO incident) fue un hecho ocurrido el 2 de julio de 1947, cuando un objeto desconocido se estrelló en un rancho cerca de Roswell, Nuevo México.
Los estudiosos del tema clasifican los encuentros con OVNIS en varias categorías. Hay encuentros lejanos (a más de 150 metros) y encuentros cercanos (cuando el objeto aparece a menos de esa distancia). Y dentro de estos últimos, hay subdivisiones todavía más jugosas, que van desde huellas en el terreno, hasta supuestos tripulantes y, en los casos más extremos, abducciones y contactos mentales.
En este punto, los relatos salteños no se quedan atrás. Algunos habitantes de Chicoana y El Carril dicen haber visto marcas circulares en los campos, similares a los “crop circles” británicos. En Cafayate, hace unos años, se difundió el video de una luz que se movía en zigzag entre las montañas. Y en Vaqueros, una noche de 2017, un grupo de amigos juró que un haz de luz los persiguió mientras regresaban en auto.
Pero quizá lo más interesante de todo esto es que no se trata solo de fenómenos del pasado. En tiempos de redes sociales, las fotos de “extrañas luces” siguen apareciendo cada tanto, y siempre hay algún nuevo testigo que revive la discusión: ¿estamos solos en el universo?
Mientras la ciencia pide más pruebas, la gente sigue mirando el cielo. Porque en Salta, cuando alguien dice que vio algo raro, siempre hay otro que contesta, “a mí también me pasó”.
Y así, entre mitos, anécdotas y alguna que otra noche inquietante, los salteños celebramos este Día Internacional del OVNI como corresponde: con los ojos bien abiertos y el celular listo por si hay que filmar algo que no se puede explicar.