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Imagen referencial.

La Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria (Dinavisa) prohibió recientemente dos sustancias presentes en esmaltes semipermanentes y geles para uñas, tras evidencias de que pueden causar cáncer, mutaciones celulares e infertilidad.

  • 21 de septiembre de 2025 09:56

Se trata del óxido de tilbenzoildifenilfosfina (TPO) y la dimetiltolilamina (DMPT), componentes que ya fueron retirados de la Unión Europea y ahora quedaron fuera del mercado local.

La dermatóloga Lorena Pefaur explicó que el debate sobre estos químicos se arrastra desde hace años. “No es algo nuevo, ya se venía estudiando”, dijo en una entrevista con el programa Residentas (GEN).

“En el 2019 ya se autorizó el TPO solo en porcentajes menores al 5%. Pero en estudios con ratones se observó que podía alterar el ADN, producir mutaciones, cáncer e incluso infertilidad. Eso encendió las alarmas y se decidió eliminarlo totalmente, junto con el DMPT”, indicó.

La especialista recordó que Europa fue la primera en retirarlos y luego varios países replicaron la medida “por temor a sus posibles efectos adversos”.

Pefaur advirtió que los riesgos del esmaltado semipermanente no se limitan a los componentes prohibidos. “El procedimiento en sí ya es agresivo. Primero se desengrasa la uña con alcohol, se lima, se retira la cutícula y se pule con torno. Todo esto debilita la lámina ungueal. Después se aplican capas de base, esmalte y sellador, endurecidas bajo luz ultravioleta. Muchas pacientes llegan con uñas tan frágiles que parecen papel, e incluso se caen por completo”, relató.

Además, resaltó que la eliminación repetida de la cutícula deja expuesta la matriz ungueal. “La cutícula es una barrera protectora. Si se la arranca constantemente, se generan microlesiones que facilitan el ingreso de bacterias y hongos”.

En consultorio, los dermatólogos reciben casos de onicomicosis (hongos en las uñas), infecciones bacterianas y dermatitis de contacto.

“Algunas pacientes vienen con dolor, hinchazón, secreción y las uñas cambiadas de color: blancas, amarillas o incluso verdes. También hay manicuristas con dermatitis severa por manipular a diario estos productos”, alertó la especialista.

La doctora insistió en que no se trata de prohibir el esmaltado en general, sino de reducir la exposición. “Lo recomendable es reservarlo para ocasiones especiales, no hacerlo todo el año. Las uñas necesitan descanso. Y siempre acudir a lugares confiables, con instrumental esterilizado y productos seguros. El esmalte común, el de toda la vida, sigue siendo una opción sin riesgos conocidos”, señaló.

También la doctora Noemí da Ponte, dermatóloga de IPS Ingavi, coincidió en que no se debe temer a los esmaltes semipermanentes que cumplan los estándares de salubridad. Sin embargo, no debemos excedernos en la aplicación constante ni en la remoción agresiva, pues esto sí representa un peligro.

Qué tener en cuenta

-Evitar esmaltes que contengan TPO o DMPT.

-Dar descansos prolongados entre un esmaltado y otro.

-No retirar en exceso la cutícula.

-Consultar con dermatólogos o podólogos en caso de fragilidad o cambios en las uñas.

-Elegir salones que garanticen esterilización del instrumental.

La salud debe estar siempre por encima de la estética, remarcaron las expertas.

Pobreza, ninis, brecha digital y una población mayormente soltera, así es la juventud en Paraguay

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En Paraguay la población joven de 15 a 29 años es de 1,5 millones de personas. Foto: Archio

El 25% de la población paraguaya es joven, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que compartió datos respecto a la situación de los jóvenes en nuestro país. Educación, oportunidades laborales, acceso a internet y la pobreza, pero, principalmente, la creciente participación en la defensa de la democracia, son algunos de los aspectos que caracterizan a este sector en Paraguay.

  • 20 de septiembre de 2025 18:30

Cada 21 de septiembre se celebra la entrada de la estación primaveral y, con ella, el Día de la Juventud en Paraguay, y más que un día de festejo, debe ser una fecha ideal para hablar sobre la situación de los jóvenes en todos los aspectos.

Aunque la juventud está caracterizada por la vitalidad y el ímpetu o está relacionada con la felicidad o con la etapa más hermosa de la vida, existen realidades que muchas veces demuestran un poco lo contrario, y no solo en Paraguay, sino en todo el mundo.

EL AUGE DE LOS “NINIS”

Según el último censo elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en Paraguay la población joven de 15 a 29 años es de 1,5 millones de personas, lo cual representa al 25,4 % de la población total, de estos, el 13% es “nini”.

El término se emplea en varios países del mundo para referirse a aquellas personas que ni estudian ni trabajan, y en Paraguay, son unos 195 mil jóvenes los considerados “ninis”, pero ¿por qué se da este fenómeno?

Uno de los principales factores que inciden en el aumento de los ninis es la pobreza. Según el INE, unos 275.067 jóvenes están en esta situación.

Muchos jóvenes deben abandonar sus estudios e ingresar al mundo laboral, pero en medio a la desesperación por acceder a un trabajo, terminan realizando labores en precarias condiciones, con malos tratos y en condiciones inadecuadas, y esta inestabilidad hace que pierda finalmente el empleo, según había comentado Enrique López Arce durante una entrevista al canal GEN/Nación Media.

EL ACCESO A INTERNET, MATERIA PENDIENTE

La pobreza juega el papel principal en toda la población joven, porque además de generar ninis, también ocasiona una enorme brecha digital en los jóvenes, principalmente, en zonas rurales.

Aunque la tecnología está en su mayor esplendor y hoy cada vez más personas tienen acceso a internet, de acuerdo a los datos del INE, de los 973.698 hogares con población juvenil, el 61,8% tiene acceso a internet. En áreas urbanas, este porcentaje asciende al 79,4%, pero en zonas rurales se reduce al 31,4%.

Ese pequeño porcentaje que hoy no puede acceder a internet genera una exclusión social, económica y educativa del joven que, finalmente, no tiene las mismas oportunidades laborales que otras personas que sí lo tienen.

Otro dato llamativo de la juventud en Paraguay es que, actualmente, cada vez más jóvenes no optan por el matrimonio. Del total de la población de 15 a 29 años de edad, 7 de cada 10 son solteros, y 2 de cada 10 viven en pareja, ya sea en unión de hecho o casados.

La realidad duele, pero un aire de esperanza se siente cuando cada vez más jóvenes hoy deciden alzar la voz contra las injusticias y las desigualdades, seguramente pocos en números, pero suficiente para reavivar la ilusión y la fe en que muy pronto, la situación de los jóvenes paraguayos será mejor, con mejores oportunidades, mayores ingresos para por fin eliminar la pobreza que tanto nos golpea.

Depresión posparto: en qué consiste, por qué sucede y cómo ayudar

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La depresión posparto presenta signos visibles que deben llamar la atención del entorno.

Poca visibilidad se le da a la depresión posparto, una afección de salud mental que puede alcanzar a todas las mujeres y que tiende a confundirse con tristeza persistente y otros sentimientos, lo que hace que muchos le resten importancia y que la condición se agrave.

  • 20 de septiembre de 2025 13:55

Dentro de la ramificación de las distintas depresiones, la depresión posparto es una de las que se da en el 99,9 % de las mujeres, según la psicóloga Laura Bogado.

Sobre el punto, las ginecólogas dan ese asesoramiento, informan que hay una posibilidad de esa depresión posparto y que la mamá va a necesitar ayuda porque estará muy cansada, presentará ciertos bajones y que podría desarrollar una tristeza permanente.

La depresión posparto es un estado de salud mental que puede ser moderado, como también grave. Se caracteriza por sentimientos de tristeza, desvalorización, desesperanza, incapacidad constante para disfrutar de las diferentes actividades.

Tiende a confundirse con la tristeza persistente, pero hay una gran diferencia, pues, la tristeza es un sentimiento personal de ansiedad y por cortos lapsos, pero cuando hablamos de una depresión, es constante y que perdura en el tiempo-

“Los que están alrededor son los que se dan cuenta, porque generalmente el que está sumido en la depresión, no pide ayuda, precisamente por esa incapacidad”, explicó Bogado, en una entrevista con el canal Gen.

Cuando una mamá da a luz debe tener gente que la rodee, porque presenta naturalmente un agotamiento físico y mental, advierte, la profesional. Si carece de acompañamiento, esa depresión persiste y hasta puede quedar.

Esta condición puede durar semanas como meses o un mes, máximo. Si la paciente recibió el tratamiento psicoterapéutico, eso irá pasando, pero cuando no hay una red de apoyo de la pareja y amigos, cuando no tiene esa contención, puede ser persistente o hasta definitiva.

“No deberíamos dejar que llegue al estado grave, cuando estamos en el inicio de la depresión, en un estado demorado, se puede tratar, sobrellevar y sostener, cuando llegó a lo grave, es mucho más difícil”, recalcó.

Las posibles causas son varias, entre esas, que la mamá tiene cambios hormonales y un cansancio físico y mental a causa de la falta de sueño. Además, influyen factores personales, pues, muchas veces no sabemos cómo se dio ese embarazo, si tiene acompañamiento del padre, de la familia, etc.

SIGNOS QUE EVIDENCIAN UNA DEPRESIÓN POSPARTO

Falta de apetito, falta de ganas, ausencia de vínculo con el bebé, no quiere darle de mamar, no le interesa si está durmiendo, todo es forzado. Tampoco desea tratar ni vincularse con la gente de su entorno.

La Línea “155 Te escucha – Tu salud mental importa” es una línea telefónica gratuita y confidencial que ofrece asistencia inmediata en situaciones de crisis en salud mental. Está disponible para todo el territorio nacional y cuenta con un equipo de profesionales entrenados en manejo de crisis, incluyendo psicólogos y psiquiatras. No se necesita marcar ningún prefijo.

Está diseñada para brindar contención emocional, intervención en crisis y orientación oportuna a personas que enfrentan situaciones de sufrimiento psíquico, riesgo suicida o necesidad urgente de apoyo psicológico. Algunos de los tipos de llamadas esperadas incluyen crisis suicidas, episodios de ansiedad y pánico, situaciones de violencia y abuso y orientación en salud mental para personas y familiares.

Río, cajón de fideos o un sótano en Buenos Aires: El ignoto final de los restos del doctor Francia 

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José Gaspar Rodríguez de Francia.

Muchos personajes han dejado huella en la historia del Paraguay, pero ninguno como don José Gaspar Rodríguez de Francia. Documentos oficiales, la tradición oral y versiones enfrentadas avivan las distintas conjeturas sobre su última morada.

  • 20 de septiembre de 2025 10:15

Por Gonzalo Cáceres – periodista

Déspota para unos, férreo líder para otros; el Supremo Dictador marcó el rumbo del país en sus primeros y decisivos años de vida independiente, convirtiéndose en el hacedor de un Estado que derrumbó las rígidas estructuras coloniales y consolidó la identidad nacional incipiente.

La memoria del Supremo ha sido objeto de candentes disputas, dejando tras de sí una serie de episodios que despiertan tanto la curiosidad de los investigadores como la imaginación popular.

Analizar esta historia es adentrarse no solo en el legado de un hombre, sino en el recuerdo de un país que aún se contradice al evocar a su primer gran gobernante.

EL FINAL

El Supremo ya era un anciano. Tenía 74 años y llevaba más de 25 ejerciendo el poder absoluto. Hacia agosto de 1840 su salud ya se había deteriorado al punto de necesitar vigilia permanente. Seguía dando órdenes, pero su estado era crítico.

Francia pasó sus últimos días en su casa del centro de Asunción, arropado solo por sus más estrechos servidores: su supuesta hija Ubalda García; su criada, María Roque Cañete, y su secretario, Policarpo Patiño. No aceptó médicos extranjeros ni el cortejo de los poderosos alrededor de su lecho; permaneció fiel a su filosofía de gobernar hasta el último aliento.

“En su cama no en postura natural, sino atravesado en ella con la cabeza colgada hacia el suelo” era encontrado el cadáver “la media siesta” del domingo 20 de septiembre de 1840, conforme describió el propio Mariano Antonio Molas.

Al contrario de su austera existencia, el prócer fue sepultado “cristianamente y con gran pompa eclesiástica” el 22 de septiembre en la Iglesia de la Encarnación “bajo un túmulo que no fue modesto, frente al altar mayor (al lado derecho, según Blas Garay y Juan E. O’Leary), identificado con una columna de granito y bajo una lápida que perennizaba sus méritos en inscripción conocida”.

“Por Mandato

de la

Excma. Suprema Junta Gubernativa

Hoy 20 de septiembre de 1840

Aquí yace el Dictador

para Memoria y Constancia

de la Patria Vigilante Defensor

Doctor Don José Gaspar Rodríguez de Francia”.

Del depósito se encargó el cura José Casimiro Ramírez.

AGITACIÓN Y PRIMER TRASLADO

Los rivales políticos de Francia no perdieron el tiempo y atacaron su vida y obra. El historiador Julio César Chaves Casabianca escribió que para mediados de 1841 circulaban “panfletos y pasquines, prosas y versos” que movilizaron “entusiasmadamente” a quienes creían que Francia “no era digno de descansar en una iglesia”.

“Anunciaron públicamente que iban a apoderarse de sus restos y arrojarlos a un muladar (lugar donde antiguamente era depositada la basura de las casas). Es conveniente recordar que poco tiempo después de su muerte apareció una mañana, en la puerta del templo, un cartel que se decía enviado por él, desde el infierno, suplicando se lo removiese de aquel lugar santo para alivio de sus pecados”.

A entender, varias de las familias “sañudamente perseguidas por el doctor Francia, entre estas (los) Machaín, no ocultaba su proyecto de tomar venganza con sus restos”, lo que también obligó a los francistas a generar “demostraciones populares llegando en manifestación hasta el sepulcro de su adalid (caudillo)”.

El ambiente se puso muy caliente, tanto que parecía escalar hacia una guerra civil, por lo que el gobierno de los cónsules Mariano Roque Alonso y Carlos Antonio López salió al paso.

Siempre en la versión de Chaves, al cumplirse el primer aniversario de la muerte del Supremo, se gestó un bando que vio la luz recién el 31 de diciembre de 1841. “Ordenamos que en adelante nadie se ocupe de censuras ni aplausos del Dictador citado, en inteligencia de que los contraventores serán tratados como perturbadores del buen orden y agentes de división”.

Fue en este lapso (septiembre-diciembre de 1841) en que los cónsules resolvieron “hacer desaparecer el mausoleo que guardaba los restos del Dictador” con “un doble y claro objetivo: impedir el robo sacrílego por parte de los enemigos” e “impedir las tumultuosas manifestaciones de sus adictos”.

Esta situación fue atestiguada por Manuel Pedro de Peña en una carta del 29 de abril de 1858, dirigida a Carlos Antonio López, donde menciona que “no debía permanecer su cadáver (de Francia) en el templo” ya que “el pueblo comenzaba a juzgar al Dictador” y “más adelante” no se podría “contender el torrente de indignación”.

“Mandásteis a deshacer a puertas cerradas el mausoleo y enterrar el cadáver no sé dónde”, sugiere Peña.

VERSIONES

Alfred Demersay, que visitó el Paraguay en 1845, coincide en su libro Le Docteur Francia, Dictateur Du Paraguay (1856): “Poco tiempo después del primer aniversario de ese día de duelo, el mausoleo desapareció y se difundió la versión de que los restos de tan famoso doctor habían sido transportados al cementerio de la iglesia”.

El estadounidense Thomas Jefferson Page, comandante del buque ‘Water Witch’, escribió al respecto en 1853: “(La Encarnación) contuvo un tiempo todo lo que fue mortal del doctor Francia. Una serena mañana el templo fue abierto para la plegaria y el monumento había sido desparramado en fragmentos y los huesos del tirano habían desaparecido para siempre: nadie supo cómo, nadie preguntó dónde. Solamente se susurró que el diablo había reclamado lo suyo: cuerpo y alma”.

Mausoleo, túmulo o panteón (columna de granito, según Demersay), claramente fue destruido por acción tácita de Mariano Roque Alonso y Carlos Antonio López y los restos reubicados en locación desconocida, aunque dentro de los límites del campo santo, conforme se verá en las siguientes líneas.

LAS CARTAS DE LOIZAGA

Carlos Loizaga, sargento de la Legión Paraguaya, formó parte del Triunvirato de 1869 (negoció con el Barón de Cotegipe el tratado de paz con el Imperio del Brasil). Sin que nadie le imputara autoría alguna, aseguró en una carta dirigida al doctor Estanislao Zeballos que fue él junto con el presbítero Gerónimo Becchi (o Vecchi) cura de La Encarnación, quien exhumó “los restos del Tirano”.

Primero, Loizaga circula con versiones anteriores al contar que, tras la destrucción de la primera tumba, el cura Juan Gregorio Urbieta (más tarde Obispo del Paraguay) rescató los restos y los volvió a sepultar “al lado de la contra sacristía” (Francisco Wisner de Morgenstern da cuenta de una historia donde “una familia” en acuerdo con “un sacerdote ocultaron los huesos “en otro lugar”).

“Yo hice con el padre Vecchi la exhumación de los restos del Tirano y los tuve mucho tiempo en un cajón de fideos en mi casa. Estas reliquias estaban al lado del Altar Mayor de aquella iglesia en un sarcófago y el cura Juan Urbieta los sacó una noche en tiempo de Don Carlos A. López y los sepultó al lado de la contra sacristía. El resto del esqueleto fue llevado por mí a un cementerio abierto”, conforme relata Loizaga en una posterior respuesta del 17 de abril de 1888.

En honor a la verdad, el historiador Marco Antonio Laconich consideró que esta supuesta contestación de Loizaga “carece de todo valor probatorio” aunque el documento ostente sello y firma del Consulado General de la República Argentina en Asunción. “La certificación y legalización de su firma no puede certificar la verdad del contenido de dicho documento”, insistió Laconich.

“CAJONCITO DE FIDEOS”

Si fuera el caso, al triunviro Loizaga le sobraban motivos para perturbar el descanso del Supremo. Su familia había sido perseguida y varios de sus parientes encarcelados y/o pasados por las armas. Así, treinta años después, en una noche oscura y pasada por agua y “sin contar con la ayuda de los poderes civiles o eclesiásticos”, Loizaga decidió “limpiar la iglesia de algo que, para él, constituía un sacrilegio permanente”, conforme cita Chaves de los escritos del doctor Zeballos.

El testigo no convidado para la ocasión fue el doctor Juan Silvano Godoy, entonces secretario del Superior Tribunal de Justicia. Al estar al tanto de los planes, Godoy aguardó la llegada de Loizaga “cerca de la puerta del templo de La Encarnación” y, al verle, manifestó “su deseo (de participar)”.

“Era realizar una obra piadosa y (Loizaga) resolvió ejecutarla. Convencido de no cometer ningún acto reprochable, (Loizaga) accedió sin dificultad y (Godoy) se agregó a él y a los peones destinados a realizar el trabajo. Cerrada la puerta de acceso al sagrado recinto, encendieron las velas de los faroles y avanzaron hacia el sitio de la tumba.

“Loizaga retiró una bóveda craneana, mientras que Godoy siguió buscando hasta que encontró otra” (Guillemo Cabanellas, ‘El Dictador del Paraguay Doctor Francia’).

“Levantada la lápida y removida la tierra por los azadones, comenzaron a aparecer restos humanos. Se supo que los del doctor Francia debían ser de más arriba. En consecuencia, el señor Loizaga hizo recoger los primeros que aparecieron y colocarlos dentro de un cajoncito de fideos, llevado a expresamente (para) el efecto”, señala Chaves.

Sin embargo, la cuestión se empantana porque “entre la tierra y los cascotes removidos salieron más huesos, viéndose un fragmento de cráneo, que el señor Godoy se bajó a recoger y retiró antes de ser vuelto a echar (tierra) en la fosa”.

La certeza sería, en cualquier caso, que profanaron también la segunda tumba y, tanto Godoy como Loizaga, se retiraron esa noche convencidos de que llevaban el esqueleto y partes del cráneo del Supremo Dictador. No queda claro de qué fuente se habría conseguido tal información (podría deducirse que Urbieta reveló la locación antes de su muerte en 1865).

LOS HUESOS

Del pedazo de cráneo que Godoy tomó se sabe que fue depositado “en el museo de Asunción que lleva su nombre” donde “nunca fue revisado por una persona competente”.

Más interesante fue lo acaecido con las partes en poder de Loizaga. Chaves explica que el triunviro “hizo llevar el cajoncito de fideos al altillo de su casa a la espera del destino que se resolviera para su contenido”. Unos dicen que, obligado por la insistencia de su esposa, Carlos Loizaga decidió descartar el esqueleto en el río Paraguay y se quedó con las partes del supuesto cráneo.

Hacia 1876 los restos fueron obsequiados por el propio Loizaga a Honorio Leguizamón, cirujano de la cañonera argentina Paraná, quien le socorrió en tiempo de enfermedad.

Leguizamón era un coleccionista y entusiasta de la historia paraguaya. Logró ver los famosos restos ya antes de su término de misión. “Grande fue mi desencanto cuando, dentro de esa caja de fideos, me fueron presentados los huesos fragmentados: tan solo el sacro y el calcáneo estaban íntegros. De los vestidos, únicamente íntegra la suela del zapato de un pie pequeño (era sabido que Francia tenía los ‘pies y manos finos’)”.

MUSEO ARGENTINO

Culminada la ocupación de Asunción, tras la Guerra contra la Triple Alianza, el doctor Honorio Leguizamón volvió a la Argentina con los supuestos restos de Francia. Leguizamón, a su vez, donó “esa parte sana del cráneo” al doctor Estanislao Zeballos, quien a su vez lo mandó al Museo Histórico Nacional de Buenos Aires.

El supuesto cráneo fue expuesto durante un tiempo, pero para el año 1962 ya había reportes “de compatriotas que contaron que ha dejado de exhibirse al público”, descansando “en un sótano entre otros objetos sin importancia”.

Pedro Peña, sobrino de Don Carlos Antonio López y presunto descendiente del Supremo Dictador, tuvo la oportunidad de examinar el cráneo obsequiado por Loizaga. En una carta al periódico La Prensa sostuvo que había “dudas razonables” de la autenticidad por “ciertos datos antropométricos muy dignos de fe que hablan en contra”.

Basados en retratos y descripciones y “algunas referencias de la familia”, se llegó a la conclusión de que “su antepasado (de Peña) era (Francia) un perfecto modelo de dolicocéfalo” y que el cráneo del Museo Histórico Nacional era “más bien braquicéfalo”. La forma de la cabeza del Dictador “era larga y no chata”.

A lo largo de ese mismo siglo, el doctor Félix Outes descartó completamente su autenticidad. “Después del examen técnico, no pertenecen al célebre Dictador paraguayo por las razones siguientes: I) La calota es de una mujer a lo más de cuarenta años; II) Entre la collota y la careta facial no existe vinculación alguna; III) El fragmento de cráneo facial pertenece a un individuo de sexo masculino de edad indeterminable, cierto, pero adulto, indudablemente; IV) la mandíbula es la de un niño del sexo masculino que, al morir, conservaba la totalidad de su dentadura de leche”.

Loizaga “creyó encontrar el sepulcro del Dictador y murió con esa creencia. Todo hace suponer que metió las manos en alguna fosa común y de allí extrajo, en la oscuridad de la noche, los restos humanos que tuvo guardados en su casa, por mucho tiempo, en un cajón de fideos”, sostuvo Laconich.

¿AL RÍO?

Francisco Wisner de Morgenstern escribió un libro sobre el doctor Francia y su gobierno, por pedido del Mariscal Francisco Solano López, recopilando datos de boca de los ancianos. Según Wisner, que le puso énfasis a este asunto, “de las averiguaciones hechas” para dar con los responsables de la destrucción del mausoleo no hubo resultados, pero “estos habían dejado un rastro que perdía en la orilla del río Paraguay, a donde se supone con bastante fundamento que fueron arrojados (los huesos) al agua, pues en dicha orilla se encontraron vestigios que así lo comprobaron”.

Otra historia recogida por Wisner es la que apuntan directamente hacia la “familia M (¿Machaín?)” como autores intelectuales del hecho. “Los restos fueron sacados por hombres pagados por la familia M… para ser hundidos en el río, en venganza por los fusilamientos de miembros de la misma familia, ordenadas por el Dictador después de descubierta la conspiración de (Fulgencio) Yegros”.

“¿Respondería la fragmentación del esqueleto al ensañamiento vengativo de alguna víctima?”, se cuestionó el historiador Chaves.

Versiones más y menos, pero todas y cada una tienen el mismo halo de misterio.

IRONÍA

El Doctor Francia fue declarado “Prócer Benemérito de la Nación” por decreto N°4841 del 14 de septiembre de 1936, conjuntamente con don Carlos Antonio López y el Mariscal Francisco Solano López.

Lo más seguro es que nunca sepamos donde reposan los huesos del primer constructor nacional; y tal vez así sea mejor, porque allí radica la mayor ironía: la imposibilidad de fijar un desenlace. Francia sigue siendo, aún en la muerte, el gran vigilante. Su final no fue sellado por una lápida, sino por la incógnita que persiste. Hasta que aparezca un vestigio irrefutable, la versión más honesta es la que admite su ignorancia.

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