Santiago Peña este miércoles tuvo participación en el Debate General durante el 80º periodo de sesiones de la Asamblea de las Naciones Unidas, celebrada en Nueva York, EE.UU.
En su discurso, el presidente de la República expresó que “la ideologización radical y la intolerancia son reales, y están enraizados en ciertos sectores de nuestras sociedades”, haciendo alusión a los atentados sufridos por el político colombiano Miguel Uribe y el comentarista norteamericano Charlie Kirk.
“Nuestros valores, nuestra forma de vida misma, están en peligro. La idea de la democracia, venerable y genial creación del genio griego que nos permite un modus vivendi pacífico a pesar de nuestras diferencias, se encuentra en riesgo”, expresó.
En otro momento de su intervención, el mandatario paraguayo habló sobre la polarización y el extremismo, que “hoy se están materializando en actos de violencia reales”, razón por la que hizo un llamamiento a la búsqueda de soluciones a través de la paz y la razón, evitando la violencia y la intolerancia.
También aprovechó la oportunidad para hacerse eco de la situación crítica que atraviesan Venezuela y Nicaragua, manifestando su preocupación por las violaciones de derechos humanos y las restricciones al ejercicio de derechos fundamentales, como el acceso a la libre información y la libertad de expresión.
“No podemos, ni debemos, permanecer en silencio mientras nuestros hermanos latinoamericanos sufren la misma opresión que ha marcado a fuego nuestro pasado”, manifestó Peña, rememorando los años de dictadura militar durante el gobierno de Alfredo Stroessner.
Asimismo, hizo mención a la “crisis silenciosa pero devastadora” que vive el mundo, refiriéndose al colapso de las cadenas de suministro globales. “La pandemia nos mostró cuán frágiles eran. La guerra en Ucrania las tensó aún más. Y ahora, la fragmentación geopolítica amenaza con romperlas definitivamente“.
En una parte de su alocución, Peña también hizo referencia a China Continental y pidió “ser cuidadosos con modelos económicos engañosos que vienen acompañados de autoritarismo político, vigilancia masiva y erosión de libertades fundamentales”.
“Cuando aceptamos inversiones que comprometen nuestra soberanía, cuando permitimos que nuestra infraestructura crítica dependa de regímenes autoritarios, estamos hipotecando no solo nuestra economía, sino nuestra democracia”, sostuvo.
En otra parte de su presentación, expresó su apoyo a la República de China (Taiwán), pidiendo que sea incorporada finalmente a Asamblea de las Naciones Unidas. “Taiwán merece un lugar en este foro. Es una cuestión de estricta justicia”.
“Esta amistad, forjada en valores democráticos compartidos, ha demostrado que la cooperación entre naciones puede basarse en más que el mero interés. Seguramente esta decisión nos cuesta mucho económicamente, pero créanme: el valor de hacer lo correcto no tiene precio“, enfatizó.
Reafirmó igualmente su respaldo a Israel, asegurando que dicha nación “tiene el derecho legítimo a defenderse“, luego de los ataques perpetrados por Hamás. En tal sentido, recordó la posición adoptada por Paraguay al designarlo como organización terrorista internacional, junto a Hezbollah.
“Paraguay está de pie y listo para tomar su lugar en el concierto de naciones, no como mera voz periférica, sino como verdadero actor protagónico en la búsqueda de soluciones en los problemas globales”, aseveró el jefe de Estado.
En otro orden de cosas, Peña abogó por la implementación del balance geográfico en la designación del próximo Secretario General de la ONU, de modo a “fortalecer la legitimidad y representatividad”, así como también por la reforma del Consejo de Seguridad, en el anehlo de otorgarle representatividad.
“Nuestros pueblos están hartos de promesas vacías, de declaraciones grandilocuentes que no se traducen en pan sobre la mesa, en seguridad en las calles, en educación para sus hijos. Como en cualquier relación cuya confianza ha sido rota, la clave para recobrarla es mostrar resultados”, añadió en su discurso.
Finalmente, el presidente paraguayo abogó por el fortalecimiento de la democracia para el cumplimiento de los propósitos, así como también para generar prosperidad, asegurar la justicia y ofrecer esperanza a los pueblos.
“El gigante dormido de Sudamérica ha despertado y resurge con fuerza. Estamos listos para ser un protagonista central en la lucha por los grandes valores de la humanidad, para ser un actor protagónico en el concierto de las naciones. Porque creemos en un futuro donde la democracia no solo sobreviva, sino que florezca, en el que el desarrollo llegue a todos, no solo a unos poco”, finalizó.