El reloj decía 10 minutos y 28 segundos del primer tiempo. La pelota llegó rasante, traicionera, cruzada de izquierda a derecha por un delantero del PSG, buscando alguna pierna, propia o ajena. Un gol tempranero para noquear de arranque la ilusión del Aston Villa, que tenía que dar vuelta el 3-1 de la ida en París. Emiliano Dibu Martínez decidió actuar, como siempre. Pero se equivocó, como nunca.
Por suerte para los argentinos, el arquero marplatense de las mil batallas tuvo su Waterloo vistiendo la camiseta del club inglés. Fue en el comienzo de un partido a la altura de la Champions League, con goles, golazos y un ritmo frenético de principio a fin. Pero esa falla del Dibu, que había sido figura en la ida, terminó siendo determinante. A los ingleses les faltó apenas un tanto para el alargue y los penales.
Dibu salió a cortar ese centro venenoso pero no llegó a retener la pelota, dudó en el rebote por culpa de un defensor que lo molestó, y el marroquí Achraf Hakimi le dio el gusto a todo Francia poniendo el 1-0 que hacía irremontable la llave, o al menos eso se leía en el rostro del príncipe William, desolado en la tribuna.
Al ratito, el 2-0 del PSG, pero esta vez inatajable porque el remate de Nuno Mendes pegó en el palo antes de tocar la red. La serie estaba 5-1 para los de la camiseta azulgrana y había olor a goleada en Birmingham. Cuando la tocaba el Dibu, se oían silbidos… pero no eran los hinchas locales, que lo aman, sino los parisinos que se animaron a cruzar el Canal de la Mancha para ver a su equipo clasificar a semifinales eliminando al verdugo de Qatar 2022.
— ESPN Argentina (@ESPNArgentina) April 15, 2025
Se terminó armando un partidazo porque descontó el Aston Villa, y en el arranque del segundo tiempo se puso 3-2 con dos goles en dos minutos. Faltaba uno más. «Las remontadas se logran con ráfagas», dijo uno de los que más sabe de fútbol en la redacción de Clarín. Pero también con un arquero rival regalón. Y en este caso, Gianluiggi Donnarumma se convirtió en una muralla, sacando tres pelotas imposibles en ese tramo en el que a los franceses se le cruzaron todos los fantasmas.

También fue fundamental el Dibu para que el Aston Villa llegue a los últimos minutos con chance de empatar porque tapó un par de pelotas, dando la seguridad de siempre. Hasta que llegó el pitazo final para que los de Luis Enrique se metan en semifinales, sin Mbappé, Messi ni Neymar, pero con un buen equipo que ahora tendrá el plus de saber lo que es sufrir. Y se terminó el sueño de Champions para el arquero argentino, su gran objetivo de la temporada, como alguna vez lo fue la Copa América o el Mundial jugando para la Selección.
La aventura europea del mejor arquero del mundo comenzó a mediados del año pasado, poniendo al Aston Villa en el top 4 de la Premier League que le dio acceso a la Champions. Terminó atajando todos los minutos del torneo, con 12 goles en contra en igual cantidad de partidos, y cinco vallas invictas, dos de ellas ante Juventus y Bayern Munich. En síntesis, la rompió toda.
Le tocó caer ante uno de los favoritos a levantar la Orejona el 31 de mayo en Berlín. Aunque la historia pudo ser otra en Birmingham si no fuera por ese instante que el propio Dibu y su mentalidad ganadora tardarán en olvidar, cuando el reloj marcaba 10 minutos y 28 segundos.