La reciente captura en Paraguay de Erick Moreno Hernández, alias ‘El Monstruo’, despertó elogios oficiales del gobierno peruano a su propia policía, a pesar que un día antes surgiera un cruce de declaraciones con las fuerzas de seguridad del país vecino. Dina Boluarte, presidenta de la República, felicitó públicamente el “trabajo conjunto” entre la Policía Nacional del Perú (PNP) y la policía paraguaya, en un mensaje institucional que buscaba destacar la cooperación binacional y el compromiso nacional con la lucha contra el crimen organizado.
El caso, que involucra a uno de los cabecillas criminales más buscados en la región, fue presentado por la mandataria como un logro coordinado entre ambos países. En sus palabras, “no quiero terminar estas palabras sin antes felicitar a nuestra Policía Nacional, que en trabajo conjunto con la Policía de Paraguay, concretó la captura de Erick Moreno, alias El Monstruo, uno de los cabecillas más buscados de nuestra región. Su captura es un contundente golpe al crimen organizado transnacional y reafirma nuestro compromiso con la policía en su lucha contra la delincuencia y con nuestros compatriotas para lograr un país con mejor seguridad ciudadana”.

Un día antes de las declaraciones de Dina Boluarte, la situación se tornó tensa en el ámbito policial y diplomático luego de que varios coroneles de la PNP aparecieran en medios de comunicación nacionales asegurando que la intervención se concretó gracias a información crucial brindada por el Perú. En ciertos casos, estas voces oficiales incluso plantearon la existencia de agentes encubiertos peruanos durante la operación en territorio paraguayo.
El periodista paraguayo que cubrió la detención calificó esa versión de “absolutamente falsa” y la discordancia escaló cuando portavoces de la Policía Nacional de Paraguay rechazaron la participación activa de peruanos en la operación. De acuerdo con los responsables del operativo, toda la investigación y la acción en campo fueron ejecutadas en exclusiva por personal paraguayo, sin colaboración física de efectivos extranjeros ni en el seguimiento ni en el arresto.

El desencuentro se agravó tras conocerse que, en realidad, los representantes de la policía peruana arribaron al sitio del procedimiento ya con el detenido bajo custodia, recién en la mañana del día siguiente. Se trató del coronel Franco Moreno Panta, jefe de la División de Secuestros y Extorsiones de la Dirincri, y del coronel Juan Carlos Montúfar, jefe de la División de Investigación de Robos de la Dirincri, acompañados por otros dos oficiales de la PNP, quienes solicitaron participar en la conferencia de prensa posterior a la captura.
Según fuentes policiales paraguayas, la delegación peruana solo pudo tomarse una fotografía protocolar con el detenido y no tuvo intervención alguna en la operación ni en la conferencia de prensa, más allá de ese acto formal. Tras la autorización para la foto, se restringió toda otra participación, en un contexto de abierto fastidio ante los anuncios hechos en el Perú atribuyéndose un liderazgo o aporte directo a la detención.

El punto más álgido del conflicto ocurrió cuando la PNP publicó, en su cuenta oficial de X (antes Twitter), el mensaje: “Hemos recibido a Erick Moreno Hernández, alias ‘El Monstruo’. Actualmente se encuentra bajo custodia de nuestro equipo especial de la Dirincri y, en breve, será puesto a disposición de las autoridades nacionales”. Este comunicado pretendía mostrar una transferencia formal del detenido a las autoridades peruanas, pero fue desmentido por la Policía de Paraguay, que aclaró que la custodia del capturado no había sido cedida y que las imágenes compartidas eran estrictamente protocolares.
Las autoridades paraguayas insistieron en que el operativo, realizado en su totalidad por personal local, respondió a una investigación exclusiva de ese país. La molestia se hizo explícita ante los reiterados mensajes y declaraciones lanzados desde Perú que intentaban apropiarse del mérito de la captura. De hecho, los policías peruanos solo ingresaron en escena tras la aprehensión y en condición de observadores, situación confirmada tanto por funcionarios paraguayos como por reportes de prensa locales.