LOS ÁNGELES, California. – Erick Fuentes, de 54 años, fue deportado a Guatemala el 19 de mayo, luego de haber vivido por 37 años en California, donde construyó una familia y un hogar.
Su esposa, Caterina Aguirre, es ciudadana estadounidense y madre de su hija. El proceso para legalizar su estatus migratorio estaba en marcha, pero eso no impidió que las autoridades lo detuvieran y lo enviaran de regreso a su país de origen.
“Hay que tener fe en Dios que todo va a salir bien”, le dice Erick desde la ciudad de Guatemala a Caterina, quien sigue viviendo en Glendale junto a su hija. Entre lágrimas, ella confiesa: “Dormir es difícil. Estoy triste”.
La detención ocurrió el mismo día que ambos asistieron a una cita en el edificio federal de Los Ángeles. Acudieron como parte del trámite de petición familiar que Caterina había iniciado a través del formulario I-130, el cual ya había sido aprobado por las autoridades migratorias.
Pero en lugar de avanzar con el proceso, Erick fue detenido por ICE y puesto en un avión hacia Guatemala, el primer vuelo de su vida.
“Encadenados de pies y manos y luego le ponen una cadena en la cintura. Sólo puede ir al baño. A uno le dan un sándwich y una botellita de agua. Nos gritaban: cállense, cállense”, relató sobre la experiencia.
Petición de residencia podría continuar desde Guatemala
Ahora, Erick está con parte de su familia en Guatemala, una hermana, otra hija y nietos, pero lejos de Caterina y su hija menor, quienes lograron visitarlo por unos días. El impacto ha sido profundo, especialmente porque él era el principal sustento económico del hogar en California.
“Ahora tenemos que ver qué hacemos”, dice Caterina con preocupación.
El abogado en leyes de inmigración Víctor Nieblas, quien no representa el caso directamente, explicó que la petición de residencia aún puede continuar, pero desde Guatemala. “Seguir el caso de la residencia, pero va a tener que hacerlo a nivel consular. Va a tener que esperar en su país a que se registren los documentos adecuados y eventualmente la cita final”, indicó.
Mientras tanto, Erick mantiene la esperanza: “Dios tiene un plan para uno”.