La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) llamó a los países de la región a fortalecer la integración regional para reducir la vulnerabilidad frente a la política arancelaria de Estados Unidos.
José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo del organismo, señaló que la alta dependencia de muchas economías latinoamericanas respecto al mercado estadounidense representa un riesgo en el actual contexto de incertidumbre. «Más que reemplazar importaciones desde Estados Unidos, yo usaría la palabra diversificar. Es algo que nosotros, desde la Cepal, estamos recomendando», dijo en entrevista reciente.
«La capacidad de daño que tiene México con Estados Unidos también es considerable»
México es el caso más emblemático. Con el 80% de sus exportaciones a su vecino del norte, su posición parece frágil pese a las protecciones del T-MEC. La prórroga de 90 días otorgada por Washington en agosto refleja esa dependencia estructural. «México está muy integrado con Estados Unidos y Canadá, pero también es el país mejor posicionado en América Latina para atraer inversión de Asia y China en el reacomodo geopolítico», matizó Salazar.
El funcionario insistió en que la diversificación no puede lograrse de un día para otro y requiere «renovar alianzas», como lo demuestra el reciente acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea, concluido tras dos décadas de negociaciones. Además, sugirió ampliar vínculos con Asia-Pacífico, China, India, África y el Golfo Pérsico, al tiempo que se profundiza la integración intrarregional.
En el resto de la región, la exposición a Estados Unidos es desigual. Centroamérica, República Dominicana y Colombia destinan entre 30 y 60% de sus exportaciones al mercado estadounidense, mientras que en América del Sur la proporción es menor: en promedio 20%, y en algunos casos menos de 10. Esto explica por qué un arancel de 50% a las exportaciones brasileñas tendría un efecto limitado, ya que sólo 12% de sus ventas externas van a Estados Unidos, frente a 28% dirigidas a China.
«En medio de tanta incertidumbre, diversificar no es una opción: es una necesidad estratégica», concluyó Salazar-Xirinachs.