En un gesto cargado de nostalgia y ternura, la conductora y actriz Costa compartió en sus redes sociales una foto de su infancia que conmovió a sus seguidores. La imagen, que data de 1989, retrata un domingo familiar en la casa de su abuela María Rosa, en su querido Río Tercero. A través de un posteo en Instagram, Costa abrió una ventana al pasado y al calor de esos días simples y entrañables.
En la foto, se ve a una niña, abrigada con una campera rosa, recostada con cariño sobre una mujer -su abuela-, que posa con una leve sonrisa y una mirada cómplice. Del otro lado, un niño -Costa, en su versión infantil- la abraza con ternura, luciendo una sonrisa amplia y genuina, con un reloj digital en la muñeca que parece marcar otro tiempo, más lento, más cálido.
Costa acompañó la imagen con estas palabras: “Río Tercero, mi pueblo. 1989. La casa de mi abuela María Rosa. Domingo y éramos felices. Seguro mi abuela había hecho el tuco y con papá fuimos a comprar sorrentinos a la casa de pastas. Me cambié los dientes. Pero la sonrisa intacta”.

El posteo no sólo evocó una época dorada de su vida, sino que también logró conectar con muchas personas que encontraron en esa imagen un reflejo de sus propias historias familiares. El gesto de Costa fue, una vez más, una muestra de su autenticidad, de esa capacidad que tiene para revalorizar lo simple, lo cercano, lo profundo.
En un mundo vertiginoso, esa fotografía de un domingo cualquiera en una casa de abuela, con tuco, pastas y sonrisas sinceras, se transforma en un recordatorio de lo esencial: que la felicidad habita muchas veces en los momentos más cotidianos.