
Doppelganger. Su significado puede ser diverso, pero por lo general se lo asocia con el parecido de una persona con otra, sin parentesco sanguíneo alguno. Lo que comúnmente se denomina doble. Es también el nombre que lleva una operación de desinformación ejecutado por el aparato de inteligencia y propaganda de Rusia -bajo el tutelaje de Vladimir Putin– dedicada a duplicar de forma apócrifa medios reconocidos por la opinión pública con fake news favorables a la narrativa e intereses del Kremlin.
Un estudio del Center fur Monitoring, Analyse und Strategie (CeMAS, por sus siglas en alemán) de Berlín, logró identificar patrones, acciones y estrategias que Moscú utilizó en diversas campañas electorales y operaciones concretas. “Como intento ilegítimo de influir en los espacios digitales del discurso occidental, es un elemento de la guerra híbrida rusa”, señala la ONG en su reciente informe.
Si bien el estudio de CeMAS se basó en lo hecho por Rusia en Alemania en su última campaña electoral, fuentes europeas confirmaron a Infobae que estas actividades se desarrollan también en América Latina.
La operación Doppelganger se consolidó desde febrero de 2022 como una estrategia de desinformación internacional coordinada desde Rusia tras su invasión a Ucrania.
El programa se diseñó para apoyar los intereses del Kremlin e influir en la percepción de la guerra que puso en vilo no sólo a Europa, sino también al mundo por las amenazas nucleares de Putin y sus ansias de retornar a una Rusia imperial. El principal responsable identificado detrás del esquema fue (es) Social Design Agency (SDA), una empresa rusa dedicada a la manipulación digital de información en múltiples mercados.
“Según los documentos, la SDA supervisa los medios de comunicación y los resultados de las encuestas en los países objetivo con el fin de identificar temas para contenidos prorrusos”, indica la investigación alemana.
En un inicio, Doppelganger fue una operación encubierta dedicada a diseminar narrativas favorables a Rusia y erosionar el respaldo internacional a Ucrania. La campaña se dirigió (se dirige, está activa) principalmente a países europeos y se apoya en técnicas de:
- Suplantación;
- Manipulación mediática;
- Amplificación artificial de contenidos.
El programa se asocia con objetivos definidos por la administración presidencial rusa. Su actividad incluye influir en debates electorales y promover mensajes antieuropeos y antioccidentales, con financiamiento y dirección alineados con actores estatales.
La SDA ocupa el centro operativo y creativo de la campaña. La empresa asume la planificación, el análisis de escenarios políticos y la definición de temas sensibles en los países objetivo. Documentos internos señalan que la agencia monitorea medios y redes sociales, realiza encuestas de opinión y desarrolla estrategias diferenciadas para cada mercado.
La SDA establece metas cuantitativas y cualitativas, como estimular la popularidad de partidos afines al Kremlin y promover el rechazo hacia fuerzas afines a Ucrania o la Unión Europea. Los informes detallan el uso sistemático de monitoreo político y encuestas para ajustar los mensajes y maximizar el alcance.
La táctica central del operativo consiste en la clonación de portales de noticias, agencias y organismos internacionales. Doppelganger replica visualmente sitios web reconocidos y publica artículos producidos en ruso y traducidos a diversos idiomas. Las direcciones web de estos portales clonados difieren mínimamente de las originales, lo que dificulta que los usuarios identifiquen la manipulación.
Estos sitios replicados se presentan como fuentes legítimas e incluyen materiales audiovisuales, memes y publicaciones ficticias atribuidas a figuras públicas, todo diseñado para amplificar los mensajes pro-Kremlin. El alcance transnacional implica la producción de contenido dirigido a audiencias en Francia, Alemania, Italia, España y otros países.
La SDA integra tecnología de inteligencia artificial para la redacción automatizada de textos y la creación de imágenes. Combina estos recursos con una red de perfiles y páginas falsas en redes sociales como Facebook, X y Telegram, donde distribuye enlaces a los sitios clonados y difunde materiales audiovisuales alterados.
Los documentos internos de la operación -de acuerdo a CeMAS– detallan una cuota diaria y semanal de publicaciones, memes, videos y comentarios en línea. SDA también recurre a bots, anuncios pagados y tácticas de redirección para sortear los controles de las plataformas y extender su alcance.
De acuerdo con materiales filtrados, SDA suele reportar resultados inflados ante sus contratistas, utilizando métricas que sobredimensionan el efecto real de las campañas. Entre los objetivos concretos figuraba aumentar el apoyo a determinadas fuerzas políticas y posicionar temas específicos en el debate público.
Infobae tuvo acceso a documentos que muestran hasta el detalle del trabajo. Por ejemplo, por apenas 70 artículos al mes, de un texto entre dos mil y cinco mil caraceres, más diez comentarios al texto, más imágenes y su respectiva traducción para replicar en otras latitudes, demandaría un equipo de siete redactores, dos editores, un traductor y un diseñador. La SDA daba ese servicio por un total de 190 mil rublos al mes, unos 2400 dólares al mes, sin extras.
Las principales redes sociales han implementado procesos regulatorios y técnicos para detectar y bloquear dominios clonados, así como anuncios políticos encubiertos. Las plataformas intensificaron los controles sobre redes de perfiles falsos y pusieron en marcha herramientas de verificación y reporte.
Pese a estas restricciones, Doppelganger continúa ramificando su actividad y generando nuevos recursos digitales para eludir los controles, lo que obliga a una constante actualización de las estrategias de mitigación por parte de plataformas y autoridades.
“La confrontación constante con Rusia solo nos perjudica. Es hora de cambiar la política. AfD muestra el camino”. Esta frase, acompañada por una imagen de Alice Weidel, líder de Alternativa para Alemania (AfD), circuló en X en las últimas semanas de la campaña electoral de febrero, en el contexto de una ola de desinformación que, según la organización alemana CeMAS, exhibió los patrones característicos de la operación Doppelganger.
El resurgimiento de esta estrategia rusa pudo verse a pocas semanas de las elecciones federales en Alemania celebradas el 23 de febrero último, donde Moscú quiso favorecer a la ultraderecha.
La investigación de CeMAS identificó 630 mensajes en alemán publicados en X entre mediados de diciembre y mediados de enero, todos con elementos que remiten a la metodología de Doppelganger.
Esta nueva campaña se caracterizó por la clonación de sitios web de medios de comunicación reconocidos, la adquisición de dominios que imitan a los originales y la reproducción de su diseño y estilo.
Los artículos falsificados, que aparentan provenir de fuentes legítimas como Der Spiegel o el canal de televisión Welt, son luego amplificados por cuentas automatizadas o con comportamiento similar al de bots, lo que multiplica su alcance y credibilidad aparente.
El objetivo de estos mensajes fue doble durante la campaña: por un lado, desacreditar a los partidos rivales de AfD, como Los Verdes, el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz y la Unión Cristianodemócrata (CDU); por otro, promover una imagen positiva de AfD.
Los mensajes analizados por CeMAS responsabilizaban a Los Verdes de los problemas económicos de Alemania y atacaban a los principales partidos del gobierno, mientras que las referencias a AfD fueron siempre favorables.
La sofisticación de la campaña Doppelganger reside en su capacidad para mimetizarse con el periodismo profesional, lo que dificulta que los usuarios distingan entre información legítima y propaganda. Esta táctica, que en sus inicios se centró en difundir desinformación sobre la sanguinaria invasión rusa de Ucrania, ha evolucionado para atacar a los votantes europeos y erosionar la confianza en Occidente.
Las autoridades de la Unión Europea han respondido con sanciones dirigidas a las empresas de relaciones públicas y a las personas vinculadas a la operación, pero los expertos advierten que estas medidas no han logrado desmantelar por completo la red.
El 28 de octubre pasado, el Reino Unido apuntó a la SDA: “Tres agencias rusas y tres altos cargos que intentan socavar y desestabilizar a Ucrania y su democracia han sido sancionados hoy por el Reino Unido. La Social Design Agency recibe tareas y financiación directamente del Estado ruso y, junto con su empresa asociada Structura, ha intentado llevar a cabo una serie de operaciones de injerencia diseñadas para socavar la democracia y debilitar el apoyo internacional a Ucrania“.
Otras investigaciones independientes, como la de la plataforma alemana Correctiv y de la ONG sueca Qurium, revelaron que Doppelganger utilizó servicios de empresas europeas para mantener su infraestructura, lo que llevó a varios proveedores a revocar las licencias correspondientes. No obstante, persiste el temor de que Moscú esté explorando nuevas vías para eludir las sanciones y continuar sus operaciones de influencia tanto en Europa como en el resto del mundo.
Idénticas operaciones de desinformación son llevadas adelante en América Latina, donde Rusia intenta mantener su influencia en países donde mantiene vínculos y negociados -como Venezuela, Nicaragua y Bolivia– y otros en los que quiere penetrar aún más.
X: @TotiPI