El proceso de selección para elegir al próximo Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas comenzó oficialmente y, por primera vez en la historia, dos argentinos figuran entre los candidatos. Se trata de Rafael Grossi, actual director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), y Virginia Gamba, diplomática con una extensa trayectoria en misiones de paz, desarme y protección de la infancia en conflictos armados.
Grossi, que cuenta con respaldo del gobierno nacional, deberá renunciar a su cargo en el OIEA si avanza en la competencia. Su candidatura se centra en su rol internacional durante los últimos años, especialmente en su gestión frente a crisis nucleares y conflictos globales. En paralelo, Virginia Gamba presentó una postulación independiente que destaca por su enfoque humanitario y por haber ocupado el rango más alto alcanzado por una argentina dentro de la ONU: fue Representante Especial del Secretario General contra la Violencia hacia los Niños en los Conflictos Armados.
El interés global por esta elección es significativo, ya que el mandato de António Guterres finaliza a fines de 2026 y el organismo internacional subrayó la importancia de impulsar candidaturas femeninas y garantizar diversidad geográfica. Hasta hoy, ninguna mujer ha ocupado el máximo cargo de la ONU, un dato que podría incidir en el desarrollo de esta contienda.
La carrera de ambos argentinos dependerá del apoyo que logren reunir entre los Estados miembros y, especialmente, dentro del Consejo de Seguridad, que tiene un rol decisivo en la elección. Con estas postulaciones, Argentina ingresa en el centro de una disputa diplomática inédita que combina trayectoria, política internacional y una fuerte discusión global sobre liderazgo y equidad.

