La entidad científica precisó que dos de ellos sacudieron el departamento de Sacatepéquez, justo donde se originaron los del día 8, principalmente en la zona de subducción entre las placas tectónicas Cocos y Caribe.
El primero ocurrió a las 00:34, hora local, con una magnitud de 4,2 grados en la escala de Richter, profundidad de 37,27 kilómetros, con Mazatenango, Retalhuleu y Quetzaltenango como las cabeceras más cercanas al epicentro.
Casi dos horas después el Insivumeh registró el segundo de 3,5, a una profundidad de 2,05 kilómetros, próximo a Antigua Guatemala, Chimaltenango y Guatemala.
El tercero, de 4,2, tuvo lugar a las 06:42 en el océano Pacífico, a 38,48 kilómetros de profundidad, frente a las costas de los occidentales Santa Rosa y Escuintla.
El último informe del Insivumeh describió 43 sismos en las últimas 24 horas en este territorio centroamericano, de los cuales cinco fueron sensibles para la población.
Sacatepéquez concentró la mayor actividad, con un total de 26 eventos; sin embargo, los habitantes de la zona percibieron únicamente dos de ellos.
En esa demarcación se ubica el municipio Santa María de Jesús, el cual sufrió daños estructurales en viviendas, carreteras cerradas por derrumbe y varios fallecidos tras el de 5,2 y luego 5,6 de hace dos semanas.
El secretario de Comunicación Social de la presidencia, Santiago Palomo, recordó el pasado viernes que el país seguía en alerta naranja por la secuencia sísmica.
Consideró afortunado informar que la cantidad de temblores disminuyó significativamente durante la última semana, pero acotó que los trabajos de evaluación, restauración y ayuda humanitaria continuaban.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres divulgó más de 300 emergencias atendidas por los sismos, sobre todo en esta capital, Escuintla y Sacatepéquez.
Los temblores pusieron (ponen aún) a prueba la capacidad de gestión de las demarcaciones impactadas y entidades del Gobierno.
mem/znc