No están en primera línea de fuego, aunque en estos diez últimos días han visto las llamas que han abrasado la provincia de León más cerca de lo que nunca hubiesen imaginado. Pero el sargento Alberto y el cabo primero Alejandro, miembros de la Unidad de Seguridad Ciudadana de Comandancia (Usecic) de la Guardia Civil, controlan a la perfección un dron que —en momentos en los que la reactivación de focos es una de las mayores preocupaciones— es capaz de detectar desde el aire puntos calientes que amenacen con devastar todo lo que encuentren a su alcance. La cámara térmica que lleva incorporada capta la temperatura exacta del terreno con la precisión suficiente para que, desde la retaguardia, haga todas las alarmas saltar si encuentra un nuevo foco. Ambos explican que el aparato no sustituye a nadie, ¿pero cuántos uniformados serían necesarios para peinar los pastos leoneses que con un mando remoto se hace a una sola vista de dron?
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